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Higinio

Frenazo a las inauguraciones extemporáneas

Por fin algo de sensatez en alguna institución. Una Junta Electoral ha prohibido un ejemplo de la obscena manía de inaugurar lo hecho y lo por hacer (esas dichosas primeras piedras). Todavía no se han metido con el prometo que haré, pero algo es algo.
Resulta que esa prohibición, junto con otras que frenaron el autobombo del Sr. Zaplana son un alivio y un recuerdo de que la ley, cuando se cumple, hace que volvamos a pensar en el Estado de Derecho.
La desvegüenza con que algunos hombres públicos aspirantes a ser alabados por la Historia (en la historia, o sea en la realidad vivida, han sido soportados)han recibido medallas, trofeos, bandas... -como si hubiesen sido durante 100 años jugadores del R. Madrid y acumulasen tanta quincalla como este equipo- sólo es comparable a la estupidez con que otros a los que les han arreglado el camino hasta la puerta de casa se han arrastrado para que el tal prócer encontrase un hueco en su agenda, ante la avalancha de homenajes y se acercarse a una fartura a cargo del contribuyente.
Y es que ante astros tan refulgentes, la ceguera desemboca en estupidez y afecta hasta al habla: las babayadas que puede decir por minuto un lacayo y admirador al tiempo que cliente de estas estrellas de la política son directamente proporcionales al tamaño de su ojo ciego, el que se halla al final de la espalda. En Asturias tenemos en cargos edilicios tantos horadados que bien podrían constituir una cofradía a San Pantaleón Bajado. En Oriente (una autopista absurda para peregrinar de la playa al monte y al río truchero, con visita a la cueva/cuna.es), en Occidente (más autopista) y en el Centro (“fondos mineros”), en total unos 20 que podrían portear al santo y llevarlo por las nuevas rutas más o menos imperiales.
Especialmente se reitera el homenaje a uno de esos políticos/astros, subproducto y resultado del paseo de un elefante por una cacharrería –lo lleva en el nombre-. Hace poco pedía encarecidamente que se respetase su vida privada. Como hombre público es una tontería que diga eso, si bien es verdad que va a pasar pronto a la jubilación anticipada por la poca afición de la Botella. Pero ¿qué decir de cuando hace 8 años su vida privada afectó gravemente a la vida política de Asturias? ¿No fue su estado civil el que desató una crisis sin precedentes en el PP asturiano que, entonces estaba en el gobierno regionacional?
En fin: bienvenido sea el freno y bocado a estas alocadas cabalgaduras que son nuestros políticos.

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