Sr. presidente, como la Constitución (de momento) reconoce el derecho de los españoles a la petición individual o colectiva (artículo 29 -derecho fundamental), quiero dirigirme a usted, públicamente para hacerle llegar mi descontento extremo ante las actuaciones que está realizando para, según usted, enfrentar la crisis que vive el país.
Sr. presidente, mire usted: SE ESTÁ COMPORTANDO COMO UN AUTÉNTICO HIJO DE PUTA. No, no se lo estoy llamando porque las personas merecemos un respeto todas (dignidad, etc: derechos fundamentales), lo que no merece un respeto son las opiniones y las actuaciones: éstas sí se pueden censurar gravemente. Repito, se comporta usted como un hijo de puta teniendo en cuenta la acepción del diccionario de la RAE, es decir, como si fuese una "mala persona". Desde luego, insisto, usted no lo es ni pretendo asignarle el título: se comporta como tal.
Hace 25 años por estas fechas, gané por oposición una plaza de profesor, entonces de EEMI que luego se integraron en el cuerpo de Profesores de Secundaria. He trabajado con dedicación plena y bastantes más horas de las que aparecen en el horario firmado a comienzos de cada curso. Durante los veranos sigo trabajando, cuando no formándome, realizando "materiales" para el curso siguiente. Ya sé, lo hago "por gusto" y no por obligación... En el trabajo desempeño mi labor según mi leal entender que, a lo que se ve, está muy bien valorado por mis superiores. Trabajo en un servicio público y, por supuesto, cobro con arreglo a la ley que me reconoce antigüedad y demás. Todo legal.
He pagado mis impuestos siempre que dependió de mi, incluso a riesgo de perder la casa en la que vivo porque me negué al "maletín" con un "kilo" de las entonces pesetas. He reclamado hasta por vía legal que se me diese tique en bares y cafeterías de Madrid (desde la misma plaza Mayor hasta la plaza del 2 de Mayo pasando por decenas de establecimientos); en casi todas las autopistas de pago (salvo la de Aucalsa de Asturias-León, que lo dan sin pedirlo); y cuando el chollista, tras prometerme la factura antes de empezar y negármela a la hora de pagar me llevó a no volver a acudir a él... pero siempre que dependió de mi, hasta la última peseta-euro en impuestos... sin esquivarlos con ingenierías financieras. Apunto, también, que cuando visito iglesias, museos eclesiásticos y demás donde se "cobran donativos", tampoco me dan factura ni tíquet, pero siempre lo pido por si alguna vez... Por mi parte, pues, todo legal.
No hago "inversiones financieras", aunque pudiese hacerlo. Me obligaron hace 25 años a suscribir unas acciones para mi primer préstamo... una vez liquidado, liquidé las acciones. Desde entonces ni las de Mapfre cuando dejó de ser Mutua. Es decir, que mi dinero no ha alimentado ninguna burbuja inmobiliaria y sí el consumo interno y cada vez menos en "cadenas internacionales" y sí en el comercio pequeño. Por lo tanto, creo que he contribuido al empleo, a las finanzas públicas. Es decir, todo legal.
Este año, que tenía pensado celebrar una larga convivencia con mi pareja en un viaje al extranjero, renunciamos a ello para contribuir a "levantar el país", gastándonoslo aquí (y durante una semana, además, "estudiando" en la universidad de verano de la Complutense), en este país que siento mío y me disgusta cómo lo está destrozando con la aplicación de su ideología.
Señor presidente, no sé qué más puedo hacer por mi país. Pero usted, a lo que parece, está atento y me quiere ayudar a ver más posibilidades: ME ROBA LA PRÓXIMA PAGA EXTRA DE NAVIDAD, que siempre, íntegra, alimentaba el consumo que, por poca Economía que se sepa, aumenta también el empleo.
Robar no está bien. No le puedo llamar ladrón porque no soy juez y, además, no debe personalizarse con esas etiquetas... pero me parece que lo que está haciendo es un robo; un robo con apariencia de legalidad. Y usted, además, dice que es legítimo porque ha ganado unas elecciones. En votos ha tenido usted 300.000 votos menos que el anterior presidente al que usted llamó inepto y mucho más (tal vez lo sea, pero usted lo personalizó en él y no en sus acciones que sí, que fueron nefastas... pero usted adjudió lo de nefasto al propio individuo: no está bien eso). Así que su apoyo es de parlamentarios, no de votos precisamente.
Señor presidente, si sus asesores le están aconsejando que haga lo que está haciendo, trasládeles el exabrupto con que califico las actuaciones. Además, debería pararse a pensar si asume al 100% lo que le están aconsejando; usted será el responsable último de ello. Nadie se está creyendo que este ricino y purgante de caballo nos vaya a sacar de la crisis a la inmensa mayoría: va contra toda lógica... y la realidad es lógica, señor presidente: si hago esto, tiene estas consecuencias, y de estas vendrán otras... y la trazabilidad está clara: sin posibilidades económicas no hay relanzamiento de la economía. Eso sí es el "sí o sí" y no la inevitabilidad de estas "reformas", término que retuerce usted cuando debería ponerle la "contra" delante...
Señor presidente, por favor, deje de actuar como si fuese una mala persona, como si fuese un sádico, como si fuese un ignorante y criminal... y atienda a razones.
Su conciudadano, Higinio Rodríguez Lorenzo, profesor de Secundaria.