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Higinio

Diatriba por la educación (18)

¿Dónde acaba la igualdad de oportunidades?
Cuando favorece a uno más que a otro, lógicamente. ¿Se puede determinar ese punto? Se puede.
La igualdad de oportunidades requiere acción positiva que es una discriminación temporal. TEMPORAL, o sea hasta la consecución de la meta que es, precisamente, esa igualdad de oportunidades; no el igualitarismo forzoso e impuesto.
Y el momento del cese debe medirse, desde luego, en el mismo plano en que se planteó esa acción positiva. Si estamos hablando de eliminar el plus de esfuerzo que la mujer debe realizar para alcanzar la independencia económica (un trabajo) o el reconocimiento a su labor... en el momento en que se alcanza eso, se acabó la acción positiva: un paso más y entramos en discriminación real para el oponente. Estaríamos, entonces, favoreciendo una desigualdad permanente que se puede interpretar como una “venganza” histórica.
Pero tampoco debe cesar en un momento, pongamos por ejemplo, en que los varones no encuentran empleo. No es el mismo plano.
También hay que tener en cuenta que esa acción positiva en pro de una auténtica igualdad de oportunidades debe plantearse en cuestiones sociales relevantes. Poseer carné de conducir es tan relevante como ponerse un alambre en el ombligo. Y eso nadie diría que es relevante aún con “disminuir la autoestima personal” en aquellos que, deseándolo, no se lo pueden pagar en las condiciones sanitarias adecuadas. Tampoco es relevante el acceso de los jóvenes (13 a 30 años, por lo visto) a la discoteca y barra libre el fin de semana: no parece que se deban pedir subvenciones para ello. Me lo parece, vamos...
La enseñanza se pensó como una ocasión propicia para la igualdad de oportunidades. Y creo en ello, claro está. Pero también entiendo lo que dice en El País Semanal Javier Marías cuando censura que la insistencia a lo largo de toda la escolarización en poner el contador a cero desemboca en la mediocridad, en el triunfo de los mediocres. Yo, añadiría, en el recochineo del mangante. Cuando partiendo de la misma línea de salida (Infantil), manteniendo el equilibrio durante otros seis años (toda la Primaria), llegamos a la Secundaria (obligatoria) con el orgullo de no saber leer... no se puede seguir con paños calientes en una ficticia “integración” que no lo es más que social; y a veces ni eso. Es un engaño y un fastidio para los compañeros del “elemento”. ¿Otros cuatro o seis años más facilitando “igualdad de oportunidades”? ¿Y otras dos “oportunidades más”? Joder: luego pretenderemos que el Estado del Bienestar no sea criticado por quien se esfuerza y pelea por hacerse dueño de su vida (que no de la de los demás, vaya por delante)...

1 comentario

Alba. -

Mira que te habré dicho veces que no te expreses utilizando ese idioma tan culto!! jeje. Bueno que se joroben los que no te entiendan. Muy bien todo y me alegro de mi tardío descubrimiento (que quieres tanta web tanta web que acabo no entrando pa jorobarte) Merece la pena, aunque a veces el esfuerzo no se vea demasiado recompensado... Una gran panda de ingratos puebla la enseñanza media...como tu ya sabes.
Saludos