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Higinio

Las vacaciones de los maestros.

Un asunto que provoca alarma social (a nivel de barrio, al menos) es el de las vacaciones de los maestros. Desde luego, el gobierno tiene que hacer algo. Algo urgente como todos esos otros temas que han llevado a una rápida intervención vía Decreto Ley.
¡Tres meses de vacaciones! Ahí es nada. La inmensa mayoría de los españolitos no tienen ni quince días. O bueno, sólo esos quinces días que coinciden con el día de inicio de la operación salida y de la operación regreso en Navidad, Semana Santa, Verano... y algún que otro puente. Porque, seamos serios: cuando salen siete millones de coche a la carretera en esas operaciones salida (y de vuelta, se supone, aunque por desgracia no para tantos como salieron) no hay tantos maestros. Pero ya se sabe que esos españolitos salen y vuelven el mismo día (así aumenta el número de desplazamientos) y vuelven a salir y volver el día de la operación regreso. Sólo los maestros cubren el período completo desde el primer día al último. Ahí están los tres meses. O más, pues los niños están en casa (incordiando, claro) más de tres meses: exactamente 6 meses. Sí, 180 días, porque sólo la otra mitad están en clase.
Hay que joderse.
Y aún piden “recursos”, y se ponen enfermos y de baja; y se quejan de que tienen que aguantar sinvergüenzas -¿nuestros hijos sinvergüenzas?-... Los sinvergüenzas son ellos, los maestros que viven mejor que los curas. Que ya es decir...
Bueno, y no sólo los maestros. En general los funcionarios: tienen vacaciones todo el tiempo. Y cuando no, están de baja. Y cuando van a trabajar, hacen que trabajan y, si te quejas, te contestan con mala cara. Ahí tiene que meter mano el gobierno. Y mucha. Porque ¿no pago mis impuestos para que me sirvan? Ya se sabe: el “cliente” siempre tiene razón. Hasta cuando no la tiene.
Yo, ya se lo digo a mi hija: tú para funcionaria, y si puedes, maestra. Total, haces la oposición ahora en verano y para toda la vida. Y te ríes y te cagas en la madre que parió de aquél que te diga algo. Y entonces te tendrán envidia todos por esas vacaciones. Y por lo que cobras. Y por lo poco que trabajas. Y por lo bien que lo pasas en las clases con los chavales. Y vacilando con los padres que van a rogarte que apruebes a sus fierecillas. Y... Bueno: si sacas la oposición, claro.

Dedicado a todos mis compañeros que están con estos calores sufriendo la “convalidación” de que valen para dar clase. Y eso que ya lo dice cualquier imbécil: para tener vacaciones tres meses al año, vale cualquiera

1 comentario

todo_terreno -

Cada uno tiene lo que se merece... si tanto te gusta la profesión de maestro, ¿ por qué no estudiaste para serlo ?.... claro, claro, no habia ganas... pues para que lo sepas cuadno tu en la juventud estabas de vacaciones ( más de tres meses ) los actuales profes estaban currando... si quieres la buena vida curratelo.. ah! los profes nos tienen que aguantar que es un gran esfuerzo, porque hay ocasiones que hasta yo misma... bueno me callo. un saludo