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Higinio

Contumacia

Sí, eso es lo que practica el PP ahora mismo y ante cualquier cuestión. No sólo es que “el fin justifica los medios”, es que los medios deben ser lo más abrasivos posibles, porque si después de la demolición de Felipe González y con la gestión del poder durante ocho años, se les fue de la mano, ahora hay que ir a por todas y para siempre. Lo mismito que los moderados allá por 1843… y para veinticinco años con un mínimo interregno no bien calculado: lo que quería O’Donnell no podía ser y Cánovas lo vio bien pronto.

Contumacia. Da igual que unos y otros digan que “no es constitucional” hacer un referéndum en toda España por el Estatuto catalán. No es constitucional. Punto. Da igual que se presente como se quiera. El Congreso ha votado y no hay más que hacer. Las suposiciones no se pueden ahora trasladar a una “vista del Constitucional”, porque tampoco eso está en la Constitución. No al menos hasta que entre en vigor.

Y es que al PP las reglas sólo le sirven cuando juegan a su favor. En eso les sale esa vena anarquista de “las reglas son para los hombres y no los hombres para las reglas”. Pero ocurre que eso, realmente, no es democrático: es dejarlo al albur de las mayorías. Las reglas deben estar por encima.

Contumacia. Da igual un tema que otro: hay que desgastar al gobierno hasta que se hunda. El asunto del terrorismo y ya a propuesta del propio PP que, entonces, quería dotarse de una legitimidad que no necesitaba pero que le ayudaba a vestirse mejor con esa mayoría recién adquirida, está en manos del gobierno. Exclusivamente, aunque deba contar con la oposición pues ésta debe ser informada (no consultada, ojo) y escuchada si parece oportuno el caso. Pues bien. Ahora el PP “exige” las condiciones para dejar el asunto terrorista fuera de la lucha partidista (que no política, claro). Pero ¿no habíamos quedado en ese pacto, que el terrorismo quedaba fuera de esos avatares? Sinvergüenzas es calificativo pequeño. Descarados, además, por atizar con las víctimas por delante. Y mintiendo. Pues no otra cosa es lo que suelta ese imbécil de Zaplana sembrando dudas y confusión.

Contumacia. En la defensa de una catolicidad que ni ellos mismos se creen ya. Pero eso también ayuda a desgastar al gobierno. Y todo vale. Sale un tontobaba diciendo esto o lo otro sobre la mujer (por ejemplo, que “algo habrá hecho” como dijo ese tonteólogo murciano), o sobre las células madre, o… y ellos con que, claro, como el gobierno está acabando con los valores…

Contumacia. En la “justificación” del cabreo de algunos militares ante el Estatuto. Eso es vergonzoso. Es jugar a bombero pirómano.

Contumacia es pasear a ese hombre de bigote cómico, con risa caballuna y bailándole el agua. Además de contumacia es no tener otro rumbo que ese que ya falló. Si hay que contentar a la ultraderecha, se pierden la derecha. ¿O es que ahora el centro es la ultraderecha, una vez desaparecido el comunismo? Hay que joderse con esta tropa…

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