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Higinio

Sólo la Iglesia sabe "manejar" ONGs...

Habló el obispo de Oviedo, monseñor Sanz (le mantengo el tratamiento por rutina, no porque crea en las categorías y cuerpos del "estado vaticano" y menos en su tratamiento).

Bien, habló este ciudadano sobre las ONGs de ayuda al desarrollo. Todas descalificadas... menos las de la Iglesia. ¿Cree este ciudadano -investido con una autoridad que el Estado le reconoce y muchos ciudadanos religiosos también- que la Iglesia no tiene nada que esconder? ¿Puede decir y asegurar que en lo fiscal la Iglesia cumple sus obligaciones con transparencia? ¿Puede señalar la diferencia entre "donativo obligado" y "precio de entrada" que cobra por la visita a los monumentos prerrománicos o la Cámara Santa? Tal vez no, pero le recuerdo que un recibo que no es ni ticket no sirve para llevar una contabilidad transparente y declarar posteriormente el iva soportado. Ya, debe ser porque el IVA de la Iglesia lo pagamos el resto de los españoles, incluido el 30% no bautizado y ese tanto por cien desconocido que, bautizado, nos hemos lavado ya lo suficiente como para perder todo rastro de aquella agua manoseada por todos pero con algún supuesto brillo especial.

Conste que soy consciente de estar bordeando la blasfemia... ¿Que está despenalizada en España? Yaaaaa. Por eso Leo Bassi puede tener un juicio de cuidado... o la gente que irrumpió en la capilla de la Complutense... ¿Qué diferencia hay entre "blasfemia" y "ofensa grave al sentimiento religioso" de quien lo tiene, claro? Penalmente puede que ninguna. Así que menos laicos, caperucita...

Y otro sí, diga ser cierto, monseñor, que la Caridad es derecho (natural y divino aunque la Naturaleza no sea dios -vaya por Bruno) y el Derecho a una vida digna es derecho (humano, positivo... pero no natural). Lo digo porque eso justificaría la tontería dictada en pastoral ejecutiva al rebaño-auditorio.

Diga ser cierto, monseñor, que si bien dios no estaba jugando al golf cuando lo de Haití estaba ilocalizable, pues es mejor dejarlo así que tener que decir que es una prueba que él envía a los humanos para templar su espíritu.

Diga ser cierto, monseñor, que si hubiese que reconocer que los golpes de prueba después de Job (que no era nada pobre) sólo alcanzan a los pobres.

Diga ser cierto, monseñor, que esa forma de actuar de la divinidad justifica una obra que, según el catolicismo -y el islam- es indispensable para cubrir el expediente con vistas al pesaje de almas.

Por último, diga ser cierto, monseñor, que ante la cercanía de la campaña del IRPF hay algún interés sagrado, divino, transustancial... en que los "otros fines sociales" no sean contemplados y así aumentar el saco que, aunque venga de acólitos, se detrae (detracción fiscal) de la caja común de todos, creyentes y no creyentes, practicantes y descontentos, hombres, mujeres y quienes sexualmente optan por tener una vida a contracorriente (como los célibes que optan por maridarse con dios; usía, por ejemplo).

Quede usted con dios, ya que está -según dice- con los que echan una mano en el trabajo con los necesitados.

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