Un secesionismo más
Miro alarmado la proclamación de autonomía en la perspectiva de la autodeterminación que han hecho con un gran consenso interno decenas de miles de bolivianos del Departamento de Santa Cruz. Mi alarma va porque ya hubo incidentes violentos entre los que sí quieren la autonomía, cambas, y los que no, coyas.
Y me alarma también que es claro el motivo: los ricos, cambas, no quieren compartir con los pobres, coyas. Nada nuevo: Escocia, País Vasco, Padania, Cataluña, Eslovenia y Croacia (en la antigua Yugoslavia)... no quieren que el fisco del Estado les esquilme para repartir con los otros... aunque siguen esperando que estos otros compren lo que ellos producen: el mercado que la burguesía constituyó en estado-nación, debe quedar como mercado y nada más. ¡Para eso está la globalización, coño!
Evo Morales, coya, ya alentó el enfrentamiento con demagogia, mucha demagogia, en el asunto de la producción y exportación del gas boliviano. Y apeló a un nacionalismo patriotero que no sienten por igual indígenas y criollos. Ni siquiera el recuerdo de la derrota ante Chile y Perú que les cerró el mar se pudo construir esa nación boliviana que el propio Bolívar separó al regalársela a Sucre.
No es nación más que para el ejército (acantonado y a la espera de instrucciones de La Paz) y los gobernantes (oligarquía también: para qué vamos a negarlo). No es nación, pero es un Estado. Un Estado que debería (debe) garantizar la Constitución y los derechos de los ciudadanos todos. Y los que quieren secesionarse tendrán que plantearlo de acuerdo a las reglas. Porque las reglas también son parte de la práctica democrática. Sin reglas, por muchas mayorías que haya, sólo hay Demagogia. La que ya denunciaba Aristóteles como corrupción de la Democracia.
Trozos de estados hubo, hay y habrá que enseguida se quieren unir a otro Estado porque conviene a la minoría secesionista (mayoría en su territorio, minoría en el conjunto del Estado). Así lo pretendían Moldavia, Macedonia (por no citar serbios en Bosnia, croatas en Bosnia, serbios en Croacia...) o incluso los ucranianos dividos entre los dos últimos candidatos a la presidencia. Nuevamente las identidades: antes borrego que ciudadano.
En fin. Que no sea nada. Espero el análisis del Gara y de Otegui: ¿con quién estarán? ¿con los coyas, que son los pobres de la tierra? ¿con los cambas que son los autodeterministas?. A tomar por el culo, nacionalistas...
Y me alarma también que es claro el motivo: los ricos, cambas, no quieren compartir con los pobres, coyas. Nada nuevo: Escocia, País Vasco, Padania, Cataluña, Eslovenia y Croacia (en la antigua Yugoslavia)... no quieren que el fisco del Estado les esquilme para repartir con los otros... aunque siguen esperando que estos otros compren lo que ellos producen: el mercado que la burguesía constituyó en estado-nación, debe quedar como mercado y nada más. ¡Para eso está la globalización, coño!
Evo Morales, coya, ya alentó el enfrentamiento con demagogia, mucha demagogia, en el asunto de la producción y exportación del gas boliviano. Y apeló a un nacionalismo patriotero que no sienten por igual indígenas y criollos. Ni siquiera el recuerdo de la derrota ante Chile y Perú que les cerró el mar se pudo construir esa nación boliviana que el propio Bolívar separó al regalársela a Sucre.
No es nación más que para el ejército (acantonado y a la espera de instrucciones de La Paz) y los gobernantes (oligarquía también: para qué vamos a negarlo). No es nación, pero es un Estado. Un Estado que debería (debe) garantizar la Constitución y los derechos de los ciudadanos todos. Y los que quieren secesionarse tendrán que plantearlo de acuerdo a las reglas. Porque las reglas también son parte de la práctica democrática. Sin reglas, por muchas mayorías que haya, sólo hay Demagogia. La que ya denunciaba Aristóteles como corrupción de la Democracia.
Trozos de estados hubo, hay y habrá que enseguida se quieren unir a otro Estado porque conviene a la minoría secesionista (mayoría en su territorio, minoría en el conjunto del Estado). Así lo pretendían Moldavia, Macedonia (por no citar serbios en Bosnia, croatas en Bosnia, serbios en Croacia...) o incluso los ucranianos dividos entre los dos últimos candidatos a la presidencia. Nuevamente las identidades: antes borrego que ciudadano.
En fin. Que no sea nada. Espero el análisis del Gara y de Otegui: ¿con quién estarán? ¿con los coyas, que son los pobres de la tierra? ¿con los cambas que son los autodeterministas?. A tomar por el culo, nacionalistas...
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