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Higinio

Paco el pocero, lehendakari

El título no pretende ser irreverente, sólo descriptivo. Y es que ¿en qué se parecen ambos personajes? Posiblemente haya más diferencias que similitudes. Es posible... pero en la actuación ante el público no es probable que haya más diferencias que similtudes. Y haciendo política, tal vez tampoco.

Es el caso que, siendo posible (y legítimo, de acuerdo con la constitución) hacer política no institucional desde la calle, la prensa o cualquier manifestación a título particular y o en colectivo, hay unos límites que, traspasados, se incurre en responsabilidad penal. De esta se han encargado los propios jueces del País Vasco en recordárselo al presidente de ¿todos? los vascos y las vascas... Cualquier manifestación, hasta este pensamiento escrito mío, es política porque el tema lo es y mi intención lo es. Pero yo no he sido elegido por nadie para hacer política. Y asumo la responsabilidad que me toque por este artículo.

Ahora bien. Cuando alguien ha sido elegido para hacer política INSTITUCIONAL, debe jugar de acuerdo con esas cartas. Si no lo hace, tendrá que asumir que se le enjuicie públicamente como si no hubiese sido elegido democráticamente para hacer política. Como si cometiese cualquier prevaricación. Vamos, como cualquier vecino hijo de vasco y vasca..

El sujeto que propongo para lehendakari de Seseña es un individuo "popular" y que tiene detrás miles de apoyos (sus trabajadores que, si no, se quedan en la calle). Y no dudó en sacarlos a la calle para sacar adelante "lo suyo". Afortunadamente la ley no se torció (de momento) a su favor. También podría apelar a otros alcalditos (la diferencia con el lehendakari de los vascos y las vascas no es tanta: es una cuestión de territorio, pero de tamaño, no de contenido: vecinos son todos y, si se apura, nacioncilla es cualquier parroquia con identidad...) para la comparación. Todos tienen algo "suyo" que defender, aunque sea la honra perdida. No sería adecuado traer aquí al Gil y pollas marbellí, que era un corrupto y aquí sí que habría más diferencias que parecidos (en el físico también: Gil y pollas no tenía orejas de soplillo, algo identitario e inseparable con el RH negativo, pero se soplaba la barriga con un abanico cuando hacía demasiado calor...). Pero también tenía a su gente detrás y arrasó en las elecciones democráticas. Claro que eran muchos los que tiraban del teto de la vaca marbellí... hasta que llegó lo que llegó: malaya... sí, malhaya la hora en que los marbellíes consintieron que, a cambio de quitar pordioseros en el pacto diabólico se les iba también el honor.

A los vascos y vascas les puede pasar lo mismo. Desconfíen, por favor, de las llamadas a cerrar filas. Los trompeteros de esa convocatoria están tirando del teto (bien situados y viviendo de la poltrona que, también es Estado, como han recordado los mismos jueces de antes) y quieren hacer ver que van contra los vascos y vascas. No es verdad. Tampoco lo era en el caso Banca Catalana: Puyol no era Cataluña, pero así lo hizo ver. Resultado: un aumento espectacular del índide de gilipollez en una sociedad ya altamente aGILipollada. Y es que la Democracia es una cosa, y la demagogia, otra: especular, pero falsa.

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