Blogia
Higinio

Diatriba por la educación (5)

¿Qué vi en la LOGSE? Lo primero de todo y más importante, que apostaba por la “construcción del conocimiento” en una relación diferente entre alumno y profesor. Pero había más: integraba hasta los 16 años a todos, lo que me parecía muy importante porque daba tiempo a que muchos como los que yo había conocido (amigos de la infancia, vecinos... que muy pronto, a los 14 años, se les había sacado de la escuela). Y dignificaba la Formación Profesional (lo conocía bien, pues ahí, en centros de FP había comenzado mi carrera profesional). Y atendía al individuo concreto. Y dejaba al profesor una verdadera libertad de cátedra por cuanto le hacía profesional (y no mero técnico que lleva a ejecución directrices definidas más arriba). Y cambiaba los currículos de las materias adecuándolos a una enseñanza más general y menos encontrada entre ciencias y letras. Y...
Y hoy veo aquello lejos, oxidado, abandonado... pero aún útil. Todo. Pero se pervirtió y abandonó el “espíritu LOGSE”.
La construcción del conocimiento requiere que trabajen todas las partes. No fue así, es difícil que sea así... pero no es imposible. Eso sí, se requiere motivación, interés y grupo reducido.
Hasta los 16 años está bien. El motivo original era sacar de las listas del paro a unos 200.000 chavales inicialmente. Se consiguió. Pero poco más. No se elevó el nivel cultural general y, por el contrario, se creó una sensación de cárcel para los objetores escolares que nos ha perjudicado a todos. La indisciplina, la pérdida de la autoridad del profesor, el aumento de las responsabilidades para éste con la “guardia y custodia” durante el período lectivo... son “efectos colaterales” de aquella decisión política que no era mala en sí. No se hizo nada por sortear eso. Y téngase en cuenta que no fue porque no se introdujese en el sistema educativo nuevo a los “profesionales del análisis de la mente y de la conducta”. Pero éstos tenían un cometido diferente y, además, eran pocos para tantos alumnos. Fracasamos. El PP proponía esos “itinerarios” que, hoy creo que eran más acertados que seguir insistiendo en los “Programas de Diversificación”. Éstos se presentan como la solución y no son más que una “cuarta oportunidad” para el mangante (tras la repetición de curso –sorteada con la promoción automática aún con todas suspensas- y las “medidas ordinarias” como el grupo flexible –otra perversión cuando acoge a esos imbéciles que quieren explotar las oportunidades del sistema). Y, si no, el Programa de Garantía Social del tipo “Iniciación Profesional”. Y aún les puede quedar otra: a los 18 añitos, el niño puede presentarse bien al examen para entrar a los ciclos formativos –no es necesario que los tenga cumplidos, basta con que los cumpla ese año- o al examen para obtener el título de Graduado en Secundaria. Con 7 oportunidades (8 si se tiene en cuenta la obtención del título por la Educación de Adultos) ya va bien. Dinero público haya y paciencia en el imbécil y en la familia del mismo.
La FP fue diginificada. Claro que sí. Pero su profesorado chocó con el diseño de una red de centros y especialidades marcada por el mercado laboral del momento y no por una apuesta de futuro. En eso iban por delante los cursos de la Formación Continua y Ocupacional que gestionaban otras instituciones (Patronal, Sindicatos, Ayuntamientos): así se pudieron dar con dinero europeo, cursos de Entrenadores de Fútbol para elevar el nivel profesional de éstos y relanzar las cuencas mineras. Pero esa dignificación empezó a decaer en la FP de Grado Medio cuando se empezó a “colar gente” por vías diversas dado que nadie recalaba ahí: los “consejos” que el tutor, de acuerdo con el equipo educativo, da al finalizar 4º ESO no sirven para nada: aproximadamente la mitad del alumnado cursaría una FP con mayor garantía que un Bachillerato “arrastrado”, “devaluado”, para poder satisfacer el ánimo de niñito y papitos que ven el trabajo manual con aprensión. Total que la enseñanza entre los 16 y los 18 años se ha devaluado tanto o más que la de 12 a 16.
A esto se le llamaba la “egebeización” de la “secundaria”. No. No va por ahí. Hemos bajado el listón no porque lo pida la ley. Lo hemos bajado por comodidad nuestra con el apoyo de la Administración (sólo mira estadísticas de aprobados) y la presión de unas familias que piden y no dan.
Continuará...

0 comentarios