Diatriba por la educación (6)
Señalaba en el artículo anterior que la LOGSE había propuesto (yo así lo percibía) novedades, y la vida había dispuesto otra cosa.
La atención individual era es- algo fundamental, irrenunciable. Se lo debemos a esos profesionales que estudian la mente y el comportamiento. Sí, los sicólogos. Con la colaboración estrecha e interesada de los pedagogos. Pedagogos, no demagogos, aunque alguno lo fuese.
Y fueron demagogos porque creyeron que con la disposición legislativa bastaba, sin tener en cuenta que la disposición presupuestaria es más importante. Así todo se quedó en nada y se envileció. Quienes lo veíamos bien debíamos aguantar las quejas de compañeros desbordados por las necesidades de un aula tan heterogénea que era imposible. Y vendrían nuestras propias quejas. De nada nos servía ver cómo a medida que pasaba el tiempo la caída de la matrícula venía a bajar la ratio. Se había perdido un tiempo precioso y preciso para dar el giro. Había profesorado suficiente o casi. Y desde 1995, sobraba profesorado pero se prefería amortizar plazas en vez de rebajar ratio. Un error.
Como también lo fue no dotar los Departamentos de Orientación de un número adecuado de profesionales: centros de más de 500 alumnos con un solo orientador. No cabe en cabeza sensata, sólo en la de los gestores. Y eso que eran socialistas y fautores de la Ley. Algunos centros sobrepasaban los 1000 alumnos con esa política de gestión de fusionar centros sin tener en cuenta las culturas profesionales que aportaban, tan diferentes en los centros de BUP y en los de FP. Error. Un inmenso error. Y lo pagamos todos.
Los profesores necesitábamos ayuda para enfrentar esa individualidad. También tiempo (no se bajó un ápice la disposición horaria de la 18 horas lectivas: es más, se elevó a 27 las semanales de presencia en el centro porque ahí la cicatería- las horas lectivas eran de 55 minutos y las horas del tiempo son de 60... Nos llevamos el trabajo para casa porque las horas complementarias eran necesarias también: guardias, reuniones, etc. Nadie pensó entre los gestores, claro- que la dedicación a la individualidad necesita más tiempo. Y reflexión. Tenemos el mismo horario quien debe hacer y llevar una Adaptación Curricular Individual significativa (ACIs) que quien no la tiene... por la cuenta estúpida de que un alumno con Necesidades Educativas Especiales (acNEE) cuenta por dos así que si debía haber 25 alumnos en el aula, habrá 24; y si hay dos, pues 23. Error. Y estupidez política. Pero eso no estaba en el espíritu de la LOGSE. Está en los reglamentos, haciendo bueno el dicho de Romanones: haga usted la Ley y déjeme a mí hacer los reglamentos.
Desde los primeros Reales Decretos (reglamentos) de 1991 la ley empezó a andar para atrás. Y ni que decir tiene en la etapa de Gustavín (el Pertierra y tan celebrado aquí, en Asturias. Téngase en cuenta que venía de un área gubernamental muy específica: Subsecretario de Defensa). Y un afán por atender a la privada que llevó a modificar por tres veces las medidas mínimas necesarias en los centros de secundaria: patios, aulas... que la privada no podía dar. Error. E incompetencia.
Continuará...
La atención individual era es- algo fundamental, irrenunciable. Se lo debemos a esos profesionales que estudian la mente y el comportamiento. Sí, los sicólogos. Con la colaboración estrecha e interesada de los pedagogos. Pedagogos, no demagogos, aunque alguno lo fuese.
Y fueron demagogos porque creyeron que con la disposición legislativa bastaba, sin tener en cuenta que la disposición presupuestaria es más importante. Así todo se quedó en nada y se envileció. Quienes lo veíamos bien debíamos aguantar las quejas de compañeros desbordados por las necesidades de un aula tan heterogénea que era imposible. Y vendrían nuestras propias quejas. De nada nos servía ver cómo a medida que pasaba el tiempo la caída de la matrícula venía a bajar la ratio. Se había perdido un tiempo precioso y preciso para dar el giro. Había profesorado suficiente o casi. Y desde 1995, sobraba profesorado pero se prefería amortizar plazas en vez de rebajar ratio. Un error.
Como también lo fue no dotar los Departamentos de Orientación de un número adecuado de profesionales: centros de más de 500 alumnos con un solo orientador. No cabe en cabeza sensata, sólo en la de los gestores. Y eso que eran socialistas y fautores de la Ley. Algunos centros sobrepasaban los 1000 alumnos con esa política de gestión de fusionar centros sin tener en cuenta las culturas profesionales que aportaban, tan diferentes en los centros de BUP y en los de FP. Error. Un inmenso error. Y lo pagamos todos.
Los profesores necesitábamos ayuda para enfrentar esa individualidad. También tiempo (no se bajó un ápice la disposición horaria de la 18 horas lectivas: es más, se elevó a 27 las semanales de presencia en el centro porque ahí la cicatería- las horas lectivas eran de 55 minutos y las horas del tiempo son de 60... Nos llevamos el trabajo para casa porque las horas complementarias eran necesarias también: guardias, reuniones, etc. Nadie pensó entre los gestores, claro- que la dedicación a la individualidad necesita más tiempo. Y reflexión. Tenemos el mismo horario quien debe hacer y llevar una Adaptación Curricular Individual significativa (ACIs) que quien no la tiene... por la cuenta estúpida de que un alumno con Necesidades Educativas Especiales (acNEE) cuenta por dos así que si debía haber 25 alumnos en el aula, habrá 24; y si hay dos, pues 23. Error. Y estupidez política. Pero eso no estaba en el espíritu de la LOGSE. Está en los reglamentos, haciendo bueno el dicho de Romanones: haga usted la Ley y déjeme a mí hacer los reglamentos.
Desde los primeros Reales Decretos (reglamentos) de 1991 la ley empezó a andar para atrás. Y ni que decir tiene en la etapa de Gustavín (el Pertierra y tan celebrado aquí, en Asturias. Téngase en cuenta que venía de un área gubernamental muy específica: Subsecretario de Defensa). Y un afán por atender a la privada que llevó a modificar por tres veces las medidas mínimas necesarias en los centros de secundaria: patios, aulas... que la privada no podía dar. Error. E incompetencia.
Continuará...
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