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Higinio

Lo imprescriptible y lo caducable

Sí. Pasma notar que en todo un documento constitucional )aunque sea para un paisito como Cataluña, no deja de ser una constitución), se resalte tanto lo impresciptible: los derechos históricos, existentes desde siempre e interrumpido su ejercicio violentamente en 1714... por España, y las declaraciones de todos los atrevidos constituyentes apelando a que la Constitución de 1978 ha caducado en algunos aspectos: que si había sido bajo presión de los poderes fácticos, que si hemos cambiado tanto que hay que adaptarse, que es un documento perfeccionable, que hay que aclarar aquello de nacionalidad, que es para los “próximos 25 años”, que... –dice Carod Rovira (sin el guión, que se lo puso por chulo pero es un capricho y por tanto no tiene entidad legal)- es un paso más hacia la independencia... por lo que tampoco de esta es la definitiva: no es una acomodación, es un trágala que, como tiene la marea mediático-sentimental que tiene detrás, a ver quien es el guapo que ahora se planta y dice, “os han tomado el pelo: no son gobernantes, son aprovechados”.
O sea, hay una constitución y un sujeto (la nación catalana) eternos, con vida que hay que mantener –naturales, por tanto-; y hay otra cosa el Estado español, recién parido, del otro día, encontrado en la calle, sin vida (es algo artificial) y que prorrogaremos en tanto nos merezca la pena y podamos servirnos de él.
Vale. Pero se me escapa la diferencia en la construcción de una y otra “nación política”, salvo que la primera como es cultural, étnica y fracasada como Estado deba recibir ahora una “acción positiva” en aras de la igualdad de las naciones, pueblos, países, culturas y toda la ostia (sin “h” para que no se me enfade la Iglesia: me refiero, claro está, al puerto de roma...). Y, el otro, como es un imperio, un malvado colonizador y explotador, recién aparecido como nación cultural, sin reconocimiento “popular” como nación y, también Estado fracasado (porque no ha podido subyugar la vitalidad del pueblo-nación que es Cataluña, junto con las otras naciones que son Galicia y Euskadi –el resto, ya se sabe, son ahora nacionalidades a secas, regiones o territorios sin calificar... lo que sí gusta a las inmobiliarias, claro) pues no sólo merece acción positiva, sino que debe aplicársele la eutanasia procesal que se merece.
Ya lo ven: lo imprescriptible es esa sicología colectiva materializada en “querer ser nación” y además, serlo; lo caduco es esa sicología colectiva materializada en querer ser ciudadano a secas... y que te jodan para que no lo puedas ser.
¿Saben? Merda per a l’Estatut, i mes merda per qui a fet l’Estatut

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