Blogia
Higinio

DE POLITEIAE

La inconveniencia del discurso antisindical.

Hace ya tiempo que se vienen propalando la insidia contra el sindicalismo en la figura de los sindicatos y, en concreto, de los liberados. La idiotez de la presidenta madrileña es sólo un hito cercano, oportunista y muy propio de quien no tiene razones sino bastones. Lo mismo tantos contertulianos especialistas en todo y diplomados en berrea.

Fui liberado durante dos años hace ya 20 y ya entonces se decía "¿dónde están los sindicatos?". En aquel entonces intentando adaptarse a la evolución rapidísima del sistema de relaciones laborales en un mundo que empezaba a hablar entonces de globalización y eso; que en España aún no había cerrado la creación del Estado del Bienestar (por lo que peleábamos: peleamos en diciembre del 88 y...)

Los sindicatos estuvieron ahí, fueran más visibles o no; equivocándose y teniendo aciertos; intentando llevar adelante los derechos de los trabajadores. De todos, trabajasen o no. Y de aquellos que habían sido trabajadores (pensiones, prejubilados...). Sí, peleando por todo ello. Y los liberados, la mayoría, desprendiéndose de vida familiar y hasta social en ello.

Recuerdo que yo dejé el puesto de trabajo a 20 km de casa (20 minutos en coche) en un horario de lujo (de tarde) por la "liberación sindical": más de 12 horas fuera de casa (salía en el tren de las ocho hacia Oviedo y volvía en el de las 8 de la tarde de Oviedo... con una hija recién nacida durante mi "liberación")... Creía en ello, peleé a veces a ciegas pues era un novato. Los cuatro que estábamos en la brega sacamos adelante la campaña informativa de un cambio en el sistema retributivo del profesorado... frente a la agresividad de otros sindicatos "anti" que luego se sumaron entusiastas a la propuesta cuando se aprobó. De aquella batalla me quedó un castigo por ese sindicato opuesto: el destierro durante un año a Palma de Mallorca al negárseme una comisión de servicios a la que tenía el mismo derecho que el resto de compañeros a los que se les concedió.

Aprendí mucho en los dos años en el sindicato. Tal vez más de lo que yo di al sindicato con mi inexperiencia. Pero luego, en los diez años siguientes en mi puesto de trabajo fui un sindicalista sin liberación hasta donde pude. Fue, precisamente, una derivacion "política" y estúpida de mi sindicato la que me apartó voluntariamente de la primera línea. Quien siga este diario en bitácora sabrá de mi fobia al nacionalismo. Una pena. Pero no me borré del sindicato ni provoqué escisiones ni nada así (como hicieron otros compañeros más "concienciados" pero que dañaron a la organización mucho recientemente). No lo podría hacer; y no sólo por sentimentalismo.

Hay que estar organizado, pero no hay por qué seguir consignas idiotas, extravagantes o alejadas del interés de los trabajadores (y ciudadanos). Por eso sigo. Por eso voy a la huelga el próximo día. Por eso reniego del discurso antisindical. Por eso, recuerdo a quien lo quiera saber, que sin los sindicatos estaríamos mucho peor. ¿Por qué? Porque de las relaciones laborales de la época de los inicios industrializadores salimos no por la gracia de los "empleadores" sino por la lucha organizada del movimiento obrero. El sindical y el partidista. Ahora, el partidista está un poco más preocupado por movimientos extravagantes cuyo radicalismo es más filosófico que real. Lástima...

Yo, voy... (el 29 de septiembre de 2010)

Obras, recortes y demás.

Es la noticia de la semana. Los recortes de Fomento. Han dejado decepción, frustración y cabreo en muchos sitios. Lógico: las promesas son para cumplirlas y si no se hace, no es sólo la credibilidad lo que se resiente: aparece la "desafección" que fue el tema de las semanas anteriores pero por otros motivos (aunque de promesas debidas también).

Creo que hay un problema de educación política grave detrás de todo ello. De los que prometen, de los que hacen prometer (me imagino cómo estará ahora mismo el presidente cántabro, Sr. Revilla: echando cianuro en las próximas anchoas destino Moncloa) y de los que aceptan las promesas sin más; sin pensar todas las mediaciones que hay ente el dicho y el hecho.

Una cuestión que se acepta sin más en la política de este país es entender ésta "territorializada". Sí, eso de "¿qué hay de lo mío?" pero llevado al "¿qué hay de lo nuestro?" Tiene unas largas raíces en el caciquismo de antaño. En el de corte aristocrático cuando la "nación" eran los privilegiados que debían "cuidar" del bien de los "súbditos" y "vasallos"; y en el posterior del libealismo agrario que se instaló en España. Creo que viene de ahí, aunque también se pueda rastrear en otros lugares de Europa. Obviamente porque tienen, tuvieron, una historia bastante parecida. Italia, sin ir más lejos.

La "racionalidad" moderna no ha podido con ello. Una obra, un privilegio, es tomado directamente como un derecho y una obligación para el poder bien porque "lo tienen otros y nosotros también lo queremos" (el efecto emulación, más que la "deprivación"); bien porque hay que consolidar el partido (o el cacique) en tal sitio. Así, nos encontramos con Museos de Arte Contemporáneo y Centros de creación artística cada 150 kilómetros como mucho. Palacios de Congresos cada 70 km. más o menos; Recintos feriales, parques temáticos... en cada pueblo tenga los habitantes que tenga. Y, cómo no: un aeropuerto por capital de provincia o, como mínimo, para cada Comunidad Autónoma con independencia de los habitantes que tenga y/o que lo puedan utilizar: el de Castilla La Mancha tiene 6 vuelos diarios y la infraestructura es para recibir más de un centenar. Se dirá que es de capital privado... con muchas, muchas ayudas públicas (en parte de una Caja que quebró y fue la asturiana a salvarla).

Es decir, que el sentido común aquí se sustituye por el "yo también". Así, se pretende hacer llegar el AVE a Gijón... claro que Oviedo no puede prescindir de él (bueno se pondría el que puede más que Cascos ahora). Y en ese caso ya no compensa que llegue a Gijón. De ninguna manera: no hay espacio, no alcanzaría ni los 100 kms hora y el destrozo, desalojos, coste... sería enorme.

Pues mirándolo en positivo ahí va la propuesta: el AVE se queda en Pola de Lena; con la mitad del coste previsto para traerlo a Gijón, se refuerza (incluso con otra vía) el cercanías y se duplica en las horas previas a la salida del AVE, los cercanías. Así, un vecino de Lugones, va en el AVE casi como si lo cogiese en Oviedo. Y uno de Mieres antes. La playa de vías en Pola de Lena y se le daría algo de vida más a esa localidad. ¿Dónde llegaría el AVE a Oviedo? ¿A San Lázaro? ¿Y a Gijón? ¿A Viesques?... Por favor, sensatez por una vez: el AVE en Pola de Lena. Y punto. ¿Es que el aeropuerto tenía que estar en Oviedo? Ya se conoce como tal internacionalmente, pero no está en Oviedo. Arreando.

La igualdad ante la justicia... y el PP

La derecha española siempre ha entendido que "unos son más iguales que otros" y lo aplica a rajatabla. Un chorizo cualquiera, con un abogado de oficio será escuchado en la preparación de su defensa... y no pasa nada puesto que las escuchas, el sistema de escuchas, lo preparó en su día el propio PP: sí Trillo, Rajoy y compañía.

Ahora bien, cuando toca de cerca, eso es atentado a los derechos fundamentales: ya lo dijo el TC... auque se refería a otro asunto por lo visto. Dicen algunos que hay derechos (humanos, se entiende) ilimitados. Pienso que el de la vida que es individual e intransferible y no perjudica en absoluto a ningún derecho de otra persona. Pero todos los demás deben tener una limitación, siquiera sea la que choca con el derecho de otro o de otros, del colectivo. Sea el derecho que sea.

El caso Matas, como es tan evidente (hasta una docena de delitos clarísimos, según el juez instructor) pues "que le vaya bien y, si puede, que demuestre su inocencia". Joder, qué sentencia tan clara en boca del máximo dirigente del PP. Bueno, uno de los máximos en tanto no emplumen por su medalla al verdadero jefe del PP.

Y la "correa" (en alemán: Gurtel) se salva en parte. Eso sí que es más igual que cualquier otra igualdad. ¡Trillo, eres un genio!

Suma de idioteces en la Universidad de Oviedo

Una institución como la Universidad debería curarse de la idiocia por ser ésta un avatar de la irracionalidad, una manifestación de la misma. Pero no, en Oviedo no fue así hoy. El señor D. José María Aznar, expresidente del gobierno español, "honoris causa" en varias universidades, profesor visitante en la de Georgetow (jesuita y, al parecer comprada la plaza ahí más que pagada), aspirante a una secuela (al menos) de su primera película, etc. ha dictado una conferencia hoy en el Aula Magna.

¿Dónde están las idioteces que sumamos? Bien. La primera a cargo de las autoridades universitarias. Si bien es cierto que en sede universitaria tienen cabida todos los argumentos (hasta los infames y no era el caso), tesis, debates... primero tiene que haber algo serio y merecedor de exponerse ahí: por muy serio que sea el discurso de un "tentebarra" de bar, no es la Universidad su sitio. Señalo el ejemplo porque es una muestra del que tiene la solución a todos los problemas y, además, carga contra el gobierno. Pues bien, las autoridades han incurrido en la idotez por autorizar un acto meramente político, de autoalabanza organizado por una asociación política afín al orador: Nuevas Generaciones. Como si no hubiese lugares para exhibir al personaje sin "politizar" la Univesidad. El gol metido a la Universidad es para abochornar al portero, pero no para aplaudir al goleador.

Y esa es otra idiotez. Los que no aplaudieron sino que abroncaron. La Universidad no puede ponerse a la altura de los borrocas porque es renegar de la palabra en favor del berrido. No debe ser universitario quien acude a esos argumentos. No cabe utilizar el temor, el acoso o la violencia. Sólo la palabra. Cierto que si no hay argumentación el debate no se sostiene, pero responder al mudo con bronca, no procede. Se le ha dado un baño de víctima que le viene bien al individuo: su éxito electoral comenzó con el atentado fallido de ETA y creció con las estupideces que tanto alteran a la gente de orden que le vota. No. Al señor Aznar cuando menos se le jalee, mejor para todos: hay que dejar que él diga las tonterías y reírse, pero aplaudirle o jalearle (y la bronca cumple ese objetivo) es invitarle a seguir presentando el show. Y es un cómico que ya está quemado y huele a quemado pero el aroma es peligroso.

Ahora bien, la idiotez máxima es el propio planteamiento de los organizadores del acto. Claro que tenían un objetivo: presentar como intelectual a un cavernícola hosco y escaso de CI. Para eso había que colocarlo en un circo donde los focos le diesen la relevancia que por sí no puede alcanzar. Se podría decir que fueron "gente lista". Pero en realidad son idiotas en la línea de aquel clásico tonto del pueblo que conseguía comer a fuerza de que se riesen de él. Y aquí miro hacia atrás, a mi infancia: veo a Goyo (Villatresmil), con bigote y arremetiendo contra los que le silbaban... para luego tomar el vino al que le invitaban.

Y como sigo mirando para el mismo sitio, propongo nombrar al señor Aznar, doctor honoris causa por la Universidad de Bustoburniego, de acrisolada raíz, cuyo decanato por el profesor de Sexología Max de Max aún luce 32 años después. Invitaría también al señor alcalde de Oviedo aunque le rogaría que no llamase a gritos al juez.

Miedo para llegar al poder

El artículo anterior hablaba de administrar el miedo para gobernar mejor. Pero también vale para llegar a gobernar. Quien tenga alguna duda no hace falta que consulte a Maquiavelo, basta escuchar, ver o leer lo que escupe la oposición del PP en estos momentos en relación a los presupuestos.

Algo tendrá que ver, claro está, el embrollo (o embrollos) de corrupción que está sufriendo y que ponen a toda la organización un día sí y otro también como ejemplo de lo que no se debería hacer en política. Y como la mejor defensa es el ataque (o distraer al cazador con otras piezas) pues ahí lo soltamos. La zafiedad de Montoro o el cansino gracejo esgrimido por Rajoy muestran la la talla de las cabezas de esta oposición.

Pero con tanta tontería dicha, han sabido apelar a los miedos de la gente. Con demagogia, sí, pero han conectado con un sector amplísimo de gente cuya cultura económica no va más allá de su estrecho bolsillo. Es esa gente que cuando oye lo de "¿factura con IVA o sin IVA?" sólo pregunta las cantidades para acogerse luego a la más baja: ese es el regateo actual que heredamos de nuestros antepasados cuando compraban sin PVP. Es, por otro lado, la misma gente que exige sin tasa ni mengua al Estado servicios, derechos y aún aspira a jugar en la primera división internacional.

A esa gente (perdón, a esos votos) es a los que dirige su discurso esta oposición que más parece inmersa en una berrea para emparejarse y ganar el poder. Lástima, porque sí lo pueden conseguir y el daño posterior dejaría como una niñería la absurda política económica de Zapatero (y no tanto de su anterior ministro de Economía que hizo lo que pudo y le dejaron) de bajar y liquidar impuestos como si la nueva era globalizada estuviese exenta de crisis. Creyó que dando 400 euros a todo el mundo aumentaría el consumo... y es posible que lo hiciese pero en productos generados aquí, sólo para hipotecarse porque las compras eran, por lo general, de productos foráneos y sólo el comercio sacaba tajada. Un comercio que, también hay que decirlo, cuando puede esconde el IVA cobrado y exige el soportado.

Sí. En especial la hostelería. Este verano he podido comprobar hasta dónde llega la desfachatez de los hosteleros. En Madrid sólo en franquicias se me dio tique de compra al pagar. En otros exigí factura que no fue más que un recibo sin más. Y me contestan que no tienen la máquina preparada, que no es costumbre, que... este país de chorizos sigue cantando que tonto el que no escamotee. A esos, a esos se dirige Rajoy. Y Rouco, que también...

Miedo para gobernar mejor.

Maquiavelo lo sabía muy bien y recomendó al Príncipe el manejo del temor para llegar y retener el poder. Algunos, antes, ya lo habían intuido y lo habían ejercido con fruición. Sí, el miedo ata al subordinado y permite gobernarle mejor. Lo que ya resulta más difícil de digerir es que en lo que llamamos Democracias modernas, sea también un mecanismo del gobierno usado a discreción y, en ocasiones, como la fórmula más adecuada.

La experiencia de los últimos diez años es clara: el terrorismo y su manejo mediático -ya hablaremos más adelante de la mentira en el "cuarto poder"- han bastado para recortar libertades ampliamente, reforzar el gasto público en aspectos poco "sociales" y filtrar cual lluvia fina una ideología de la seguridad como única o, al menos, primera razón de estado. Un miedo se nos va y otro se nos echa encima: terrorismo, crisis... gripe. Tenga usted el gallinero sobresaltado por el águila o por el zorro y podrá entrar mejor el matarife a escoger la pieza.

Así que ¿dónde está el límite de la seguridad exigible a un gobierno? No hace falta ser un "hobbesiano" convencido para aceptar que la seguridad del grupo es una de las razones del origen del gobierno en el grupo. Pero no la única: la supervivencia del colectivo no es siempre frente a otros grupos -la competencia- también lo es frente a un medio físico hostila que hay que afrontar... o, la inaplazable urgencia de abastecerse, de allegar recursos. Así que las habilidades del gobernante no se limitan a tener músculo y armas: debe tener otras "inteligencias".

La inseguridad es una situación indeseable para el individuo y para cualquier colectivo. Pero dado que el destino último de cualquier mortal es la muerte (y ese destino está al cabo de otros "transitorios": felicidad, goce, reproducción...) lo único que se puede hacer es retrasarla razonablemente. Así que la inseguridad debemos presentarla como "incertidumbre", como desconocimiento "cierto" del futuro. Aunque usemos herramientas que rebajen esa incertidumbre al "prevenir" las situaciones y aproximar medios para enfrentarlas, siempre queda la posibilidad... eso sí, como menores probabilidades.

No se trata de traer a primera fila el fatalismo. Se trata, más bien, de aceptar la incertidumbre como característica permanente y definitiva para dar al gobernante margen en su labor de afrontarla y minimizar el impacto de ese futuro sobre el grupo. Pero no le podemos exigir que la reduzca a 0. Ni culparle de que no pueda hacerlo. Seamos serios, por favor...

Memoria y conocimiento

Hace algo más de una decena de años que el asunto, la "memoria histórica" está de moda y va camino de ser "permanente" y, por tanto, ya no moda sino modo de vivir. Creo, sinceramente, que hay una enorme confusión sobre ello. Y acaso sea debido a que utilizamos a la ligera términos de uso corriente como sustitutos de conceptos propios de una ciencia. Así, aquellos, los elevamos a la categoría de éstos y bañamos con un aura de "verdad" a la opinión que defendemos.

Existe como concepto en historiografía la expresión "damnatio memoriae" para expresar la anulación del papel histórico de la parte "vencida" en un conflicto anterior y que, por inercia, permanece a lo largo del tiempo. Sería el caso de aquellos pueblos colonizados o de los pobladores de territorios ocupados. La Historia que construyen los vencedores culpa u omite a los vencidos en la explicación histórica del pasado.

Pero ahí "memoriae" no puede traducirse sin más a la "memoria histórica" que es el par que hoy se maneja alegremente. Sí es cierto que se trata de rescatar "miles de historias personales", del olvido obligado por los vencedores en la guerra civil de 1936-39 y el posterior predominio de los mismos durante cuarenta años (algo más que la vida del dictador) en la elaboración del relato histórico explicativo del asunto. También es cierto que hay un enorme peso de "lo político", como no podía ser menos: la historia es política y su relato científico, la Historia, también es política porque se hace como una explicación para un proyecto de futuro (de lo contrario no tendría sentido: la ciencia no se hace como la literatura para disfrutarla, se hace para algo más... como la Crítica literaria o la Historia de la Literatura).

Ahora bien, no es memoria, es Historia lo que tiene que construirse, revisionismos incluidos. Pero revisionismos que no sean "re-visión" como ocurre hoy con la "visión" de la derecha: se utilizan exactamente los mismos argumentos que sintetizó José María Pemán como asesor del primer Ministro de Educación de Franco a partir de los que iba regurgitando la Iglesia, la derecha golpista y sedicente, y la derecha sin más -pero no democrática. Ni siquiera una actualización, re-visitación a esos argumentos. He ahí el carácter de "historiadores" de gentes como Pío Moa o el  prolífico ensayista ¿? César Vidal.

Es Historia, o sea CONOCIMIENTO, lo que hay que construir y así lo están haciendo decenas de historiadores desde Ángel Viñas o Julián Casanova o Enrique Moradiellos o Santos Juliá, o ... que matizan y completan lo que hispanistas competentes habían hecho antes a despecho de los Larrazábal y De la Cierva.

Y no hay que confundir conocimiento con "recuerdo" que eso es la memoria. Incluso aquel título tan significativo de "Recuérdalo tú y recuérdalo a otros" era, es, equívoco: quien no lo vivió no puede recordarlo sino conocerlo. Y no olvidarlo pues el conocimiento (y el recuerdo también) se olvida. Eso es lo único que permite unir conocimiento y recuerdo, el olvido. Pero, conste, no son lo mismo.

Y sólo el conocimiento no es subjetivo y, por tanto, válido para construir un proyecto social, no una mera revancha... que es de lo que se trata ahora en uno y otro lado por muchos. Por la derecha, casi todos; por la izquierda, muchos apuntan a esa revancha y pocos a la oportunidad de construir ese conocimiento. Por eso agradecemos a Casanova, a "Quique" Moradiellos... el empeño en hacer "balance"... aunque por la incultura permanente de este país (que la derecha quiere mantener a perpetuidad)  tenga que intervenir la Justicia en un asunto que es de conocimiento más que de juzgado. Eso demuestra lo profunda que fue la herida de la guerra civil. Y olvidarlo no nos libra de su dolor. Bueno, no nos libra a buena parte, porque a la derecha y a los (escasísimos) que no tuvieron víctimas les cumple "cerrar" como está.

Democracia directa (3)

Tenía pensado ya hacer una alusión al ejercicio de "democracia directa" tan querido por muchos y ejercido por los irlandeses días atrás sobre el Tratado de Lisboa que sustituyó a la pomposamente llamada antes Constitución Europea. No lo era: era un tratado internacional. Y éste, con ese nombre, no fue aprobado en Irlanda donde, constitucionalmente, los tratados internacionales deben ratificarse en referéndum. Es decir: ni los poderes ejecutivo (que conduce la política exterior) ni el legislativo (que "representa"  y hace la ley, además de controlar al gobierno) que, en las democracias actuales, representativas y denostadas ellas por alejarse del ciudadano... pueden hacer algo aún en riesgo de parálisis.

Es un ejemplo del ejercicio práctico de la democracia directa "plebiscitaria".  Nada que objetar, salvo lo que me ha motivado a escribir esto hoy y no más tarde. Es el artículo de Pacho Unzueta en El País y que titula Mentalidad de nuevos ricos Quería ponerlo aquí, pero temo incurrir en la cada vez más estrecha senda del "derecho de propiedad intelectual". No es mío el artículo, claro está, pero dice en él que Irlanda, al decir que no, "demuestra, paradójicamente, la necesidad de ese Tratado, destinado a adaptar el funcionamiento de la UE, y especialmente los mecanismos de toma de decisiones, a la ampliación de 15 a 27 socios. Para evitar que, por ejemplo, un país con 4 millones de habitantes (1% del total) pueda condicionar a una entidad de casi 500 millones"  Luego, liga lo ocurrido en Irlanda con la pretensión del País Vasco de su "soberanía". El paralelismo es grande, dice: recepción de inversiones para desactivar terrorismo, ventajas fiscales... y elevación de la renta que, ahora, no quieren compartir ni perder control sobre la fiscalidad.

Pero no es el paralelismo lo que yo quiero resaltar hoy aquí, aunque ya se sabe mi "afición" a criticar el egoísmo nacionalista. No. No es eso hoy. Es la suficiencia de unos pocos para destruir un proyecto de muchos. En el mismo periódico, Luis Bassets señalaba hoy también que Europa ya no está en la timba, es decir, en la mesa donde se juega el futuro mundial, en la dirección de los asuntos mundiales. También, como nuevos ricos y timoratos, nos quedamos afuera y nos comen la tostada otros países grandes (potencias regionales, se dice) donde tienen menos escrúpulos con al democracia representativa. Incluso con la democracia.

Lejos de mi renunciar a la democracia por una dirección autoritaria de los asuntos internacionales. No. Pero sí tengo que traer aquí que las peloteras de alto contenido retórico y magnífica oratoria de comienzos del siglo XX de nada sirvieron para afrontar el enfrentamiento bélico y las crisis múltiples que se plantearon. Ganó el ejecutivo en todos los campos y hasta se llegó a un autoritarismo bestial... recién adquirido el sufragio universal. Más democracia se pidió pero llegó la revolución. Y ante el miedo, cuando pasó la crisis bélica (la segunda guerra) se "concedió" el Estado del Bienestar. Hoy también en cuestión. Se pretendía garantizar derechos al ciudadano pero se le pedía implicación a través de la democracia representativa (no se olvide que el Estado del bienestar es una invención de la socialdemocracia y la democracia cristiana, en ambos casos "partidarios" y defensores de la representación: de agentes sociales, de movimientos y de partidos). El referéndum era un asunto del autoritarismo.

El 68 puso punto y final a aquello porque el Estado del Bienestar adormecía. Por cierto, el 68 francés forzó un referéndum que De Gaulle pretendía ganar y perdió: un símbolo, creo, de los tiempos que llegaban. Pero donde no había Estado del Bienestar, se aspiraba a él con toda el ansia posible. Ahora, nuevos ricos, nuestros problemas son como en la época del fabuloso imperio bizantino: ¿de qué sexo son los ángeles? Hoy, también, podríamos discutir si son siete o son nueve las escalas de los ángeles. Y lo discutiremos a mano alzada y asamblea, porque no aceptamos que alguien lo investigue y luego nos lo cuente. Pero vendrán los bárbaros...

Democracia directa (2)

Se nos llena la boca continuamente con las expresiones "derecho a decidir" y "que el pueblo decida". Nada que objetar salvo que al identificar esta acción en exclusiva con "la Democracia", así, con mayúsculas, estamos cometiendo un error. Desde la perspectiva de "política como ajuste de intereses de individuos y/o grupos" no hay un "pueblo", sino que hay mayorías y minorías. Y la mayoría es siempre "un individuo más".

Entonces no es "el pueblo", es una parte de él el que ejerce el poder. El que toma la decisión. Podremos decir que eso es legítimo. También podríamos decir que el que usa la fuerza bruta, el que es más "poderoso", también puede decidir e imponer su interés particular (individuo o grupo). El resultado puede ser el mismo: la violencia o la ausencia de la misma siempre que la parte "perjudicada" renuncie a contestar el "abuso".

Entonces, la Democracia es "un sistema de reglas" por el que se contemporiza y se negocia una solución a intereses enfrentados, garantizando que se escuche a todos y se llegue "razon-ablemente" a una solución que no perjudique excesivamente a ninguna de las partes. Más allá de eso puede dotarse a la "democracia" de un valor o de valores particulares: renuncia a la fuerza bruta, aceptación del criterio de "razón" o de lógica para la competición de intereses... Pero no hay más. Una ética, vale, pero no hay más. Sí, esa ética es la que más se puede ajustar a ciertos mínimos universales para el individuo: el derecho a la vida, a la integridad física... y hasta la libertad (lo cual no está muy claro). Tampoco la igualdad (como no medie el derecho) y, mucho menos, la fraternidad (como no haya un señuelo tribal que aglutine).

Llama la atención tanta insistencia en "preguntar al pueblo" a través de su voto para tomar las decisiones que, inevitablemente, van a perjudicar a otros. Se me dirá: si no, la decisión se tomará igual en detrimento de las mayorías por alguien menos "legitimado". O, también, estaremos siempre en un statu quo sin aceptar ningún cambio. No necesariamente. Eso sí, los ritmos de cambio son muy diferentes porque se descartaría la partera de la historia (la revolución) o las reformas profundas en el corto plazo. Y, siempre, con la información suficiente, pues si no, estaríamos en la más pura demagogia.

Demagogia es el fantasma de la "nación libre" que se inspira en el principio de las nacionalidades, algo que fue circunstancial y como sucedáneo de la solidaridad de clase, tan amenazadora, cuando el movimiento obrero se articuló "internacionalmente". Sirvió para consolidar "estados-nación" pero no para "democratizar". Precisamente logró más por integrar al individuo en la vida política la lucha partidaria que, desde luego, no es precisamente de "democracia directa".

Se me dirá "es que no hubo otra opción". Pero … (continuará)

Democracia directa

No voy  a realizar desde aquí un tratado o ensayo sobre la Democracia. Ni puedo ni me siento capaz de tanto. Pero algo sí que puedo decir. Incluso a partir de la propia palabra griega, de su filología. "El poder del pueblo", se dice. Pero hay mucho que matizar aquí.

El poder político (todo poder es político, claro, pero vamos a circunscribirnos al que se ejerce sobre un colectivo) es la capacidad de hacerse obedecer por el colectivo. Entonces tendríamos que "el pueblo se hace obedecer por el pueblo".  En teoría es posible porque la imaginación es infinita. Pero en la práctica, en la "realidad real" eso no es posible porque el pueblo, el demos o la sociedad es un agregado de individuos... "individuales". El poder debe ser delegado, debe estar en algún sitio concreto. Ese sitio son las instituciones políticas. Y en éstas, hay personas. Sólo puede haber personas.

Entonces, la Democracia sólo puede ser un método de regulación para el ejercicio de ese poder. Se puede, incluso, aceptar que "el demos" (lo de pueblo lo matizaremos en otro momento) sea quien tiene la última palabra y puede tanto relevar a quien "detenta" el poder, como negárselo y arrebatárselo, como alterar las reglas o normas del ejercicio del mismo.

Es a partir de esa concepción de la Democracia como regulación del poder político con el demos como determinante cuando se pueden añadir "etiquetas" como representativa, ciudadana, directa, liberal, socialista... Vamos a ver la que, a primera vista, puede ser la más genuina, la directa. Veremos que no lo es tanto porque en "lo social" jamás hay una causalidad directa y única: son múltiples los factores intervinientes y todos tienen un papel destacado en la configuración de la acción que dará lugar a una situación nueva.

Un ejemplo de democracia directa era la que se ejercía ya en la Grecia clásica, en la asamblea o Ekklesia. Pero ¿no era ahí el ámbito del "demagogo"? Es decir. Las propuestas, las normas, se presentaban y votaban sobre la marcha. Cualquiera podía hacerlo, pero todos sabemos que era menos de un tercio (unos 5000 atenienses) los que acudían regularmente. El resto asumía por grado o por fuerza lo que se decidiese. Fue el verbo de individuos como Pericles el que daba el tono y marcaba la dirección de la mayoría de las decisiones. Y sus rivales podían llegar a pedir (y conseguir si el discurso y el momento era apropiado) el "ostracismo" para el demagogo que quedaba en minoría. Era el peor castigo, mayor que la pena de muerte.

O sea, que con la posibilidad de decidir directamente está la realidad de hacer coincidir oportunidad, miedos, expectativas... y conocimiento (real e informado para los votantes), amén de que todo ello es doble: colectivo e individual. Demasiados factores para que la racionalidad sea lo que salga al final en el momento de votar. Habermas y su democracia dialógica no son posibles más que en el horizonte... que siempre se aleja cuando avanzamos hacia él.

El conocimiento cabal de lo que se vota, junto con la moralidad de la persona que vota hacen imposible aceptar como la única democracia posible la democracia directa. ¿Un ejemplo? En Suiza, la tan alabada por los federalistas (que confunden confederación con federación) se está ahora mismo planteando que sea la comunidad (¿es el demos o la tribu?) del cantón o del pueblo la que decida quién es vecino-ciudadano de pleno derecho. Eso es democracia. Para qué queremos Declaración Universal de Derechos Humanos...

Venir al norte

Norte y Sur son nociones relativas y con significados diversos. En especial más que llamadas a la topografía suelen referir un estado de bienestar material (o malestar) de sus pobladores. Y a fuerza de utilizar el término, como siempre pasa, se desvirtúan. No obstante aquí le vamos a dar un contenido topográfico y circunscrito a nuestro ámbito más cercano.

Decía hace unos años aquella inefable italiana salidona que era Rafaela Carrá que "para hacer bien el amor hay que venir al Sur". Es posible que siga vigente la frase pues ya se sabe: "la caló" invita a destapar cuerpos y la vista es golosa y estimula fácilmente la libido y... todos sabemos lo que viene luego. Aunque no sé si en el más lejano sur, en la Antártida, habría tanta gana... Por el contrario, el Norte es más propio para tapar con la "rebequita" y para los machos la camisa con los botones cerrados y tal.

 Pero hete aquí que, además de hacer el amor, hay que vivir y eso implica más actividades primarias, simples y de supervivencia. Entre ellas el comer. Y eso desde hace mucho se sabe que en el Norte (de España) se hace a lo grande y bastante bien hasta que llegó esa nueva cocina que todo lo jode aunque respete el sabor: el minimalismo llega al plato y será un arte, pero el noble arte de palear (dar al cubierto) para la boca se ve perjudicado. Y ya nos decían nuestros padres que no se debe "comer con los ojos" aunque aceptemos que comer es un ejercicio en el que están o deben estar en guardia todos los sentidos. Pero deben predominar el gusto, el olfato y el tacto. Éste no para comer con las manos, sino en las paredes del estómago o en la propia boca: debe sentirse llena y con texturas no abominables.

Aún con esta tontería de la nueva cocina, en el Norte se sigue comiendo bien. NO hay más que ver esos platos de pinchos (lo de escribirlo con "tx" es una gilipollez con raíces pero gilipollez al fin y al cabo) en las barras de los bares o esas cartas y menús en las que las legumbres, la carne, los pescados... invitan a dejar regímenes y tonterías de líneas rectas y espacios planos. Así que, "para comer bien hay que venir al Norte".

Y eso debieron tener en cuenta quienes elaboraron la lista de las ciudades en que mejor se vive: Pamplona, Bilbao y Gijón a la cabeza. Fue la OCU y, una referencia se puede encontrar aquí :  Conozco las tres pero más singularmente la tercera, donde vivo. De Pamplona guardo un recuerdo grato de los años 80 y primeros noventa. La revisité el pasado 2006 quince días largos después de San Fermín. La mierda que dejó la marabunta ya se había limpiado pero la mierda que dejaban a diario o mantenían en sus ventanas "reivindicativas" y en las paredes  la peste nacionalista me daban una imagen en la que "vivir bien" parece que era para los que impunemente dejaban su señal atemorizando a los otros. No asístí a ningún acto kaleborroquero aunque sí a la persecución de un caco de motos que casi se estrella contra mi coche, a las negociaciones de una prostituta con un borracho en las cercanías de la plaza San Fracisco. Y cené con asco en un restaurante premiado por sus pinchos en años anteriores creo que en la calle Pozoblanco o algo así (por detrás de la plaza del Castillo). El asco me asaltó porque la cocina estaba al lado de los baños y estos daban alojamiento a un emjambre de moscas (no sé si aberchales o llamados por estos para ensuciar el ambiente). En fin, que la ciudad no me atrae para vivir ni aunque los pisos estén baratos. 

De Bilbao no puedo decir más que lo anterior y aumentado. Cuando hace tres o cuatro años metí el coche en el aparcamiento de un hotel en Abando sin que me pidiesen carnet ni nada por el estilo sospeché que algo pasaba y no hallo más explicación que las garantías que debía tener el hotel de que ETA no les molestaría. Francamente, vivir con la protección de la mafia (aunque fuese a cambio de tener todas las banderas del mundo detrás de la de Euskadi obviando la española, más el pago de "impuestos" y "arbitrios" revoulcionarios) no es vivir y, en ese caso, es mejor ir a joder al sur y pasar algo de hambre o darse a las ensaladas. El resto, las siete calles y tal, una mierda con tanto pendón en las ventanas y tanta petición de presos a casa para poder homenajearlos bien como héroes de la miseria que son. 

No entiendo cómo esas dos ciudades pueden ser mostradas como lugares para vivir. Son ciudades para ir a cagar y punto. Si se valora el acceso a la vivienda debería de reírme. Si se valora la limpieza no sé cómo no aparece en primer lugar Oviedo. Si se valora la "movilidad" en transporte público aunque haya tranvía en Bilbao, no sé cómo se puntuó la quema regular de autobuses y el cruce de contenedores de esos aspirantes a salvapatrias. No sé: sigo sin entenderlo.

Acaso el asunto viene por el patrioterismo chauvinista y, como en Eurovisión, esa encuesta tuvo poca corrección en la muestra seleccionada: votaron más y mejor los propios del lugar que ya, de tanto oler la mierda, no la tienen en cuenta. Y es que de Gijón casi podría decir lo mismo: la basura se recoge diario pero los cerdos persisten; el Ayuntamiento acude raudo a quitar pintadas, pero los imbéciles son más ágiles. Eso sí: no ha -de momento- asturchales en cantidad suficiente como para joder la vida de los demás. Pero los pinchos y demás que apetece comer están ahora iniciando un declive angustioso por el terriblemente descuidado servicio de los camareros: los "autóctonos" suelen ser chicos que han dejado de estudiar o no han empezado a hacerlo nunca y, sin embargo, quieren ganar mil euros o más para tunear el coche o la moto (Yonas, vamos) y los inmigrantes (sean argentinos, colombianos o ecuatorianos) tienen tal desconocimiento de lo que hay que hacer con las manos detrás de una barra que podrán saber escanciar sidra pero tratar al cliente, no.

Si de movilidad hablamos, hay muchos autobuses y bastante bien en frecuencia -soy un usuario adicto a este transporte y bastante contento... pero debería haber líneas que no pasasen por el centro para comunicar los extremos. De la vivienda pues como en todos los sitios: jodido para el que quiera comprar ahora porque el precio se ha multiplicado casi por tres en una docena de años. Y en los otros parámetros más o menos. Eso sí: la seguridad es bastante grande salvo que vayas por sitios equivocados a horas equivocadas: los imbéciles con ganas de gresca los hay en todos sitios pero en algunos lugares y a ciertas horas, la densidad aumenta. El famoso "barrio de La Arena" donde los adolescentes se inician en el alcohol es un lugar donde se concentra la mierda y el vómito los fines de semana.

 Gijón cambió totalmente en estos últimos 25 años y eso hay que alabarlo: es una ciudad para una gran diversidad de gentes: viejos, jóvenes, niños... y con una apariencia presentable aunque la limpieza sigue siendo precaria; no por el ayuntamiento, sino por su moradores que desconocen el uso de papeleras, contenedores, puntos limpios y pañuelos propios para escupir. Sí vivir en Gijón y vivir bastante bien es posible, pero también se podría vivir mejor al menos para aprobar ya que encabezar una lista de este tipo supone que muy mal se debe vivir en las otras ciudades que van detrás. 

Alguna reflexión sobre el 27 pasado...

... y lo que pasó en las urnas. La verdad, se repite la gansada esa de "hemos ganado": todos han ganado. El PSOE con que ha ganado en poder pues tiene más concejales y hasta más alcaldías... pero no conquista donde realmente "hay poder": Madrid, Valencia, o Málaga: que gane por goleada y repita alcalde con una mayoría apabullante (más del doble sobre el PP) en Tineo -eximia villa del occidente asturiano y muy querida para mí- no es poder, aunque tampoco sea "caciquismo" como se cumple en otros sitios y villas de semejante tono. No, no gana poder y, en verdad, lo pierde.

Porque el poder son, primero votos y ahí gana el PP... que pierde o flojea en otros sitios. Es curioso, sin embargo, que en numerosos sitios emponzoñados por la corrupción, aumente su ventaja: Fabra, en Castellón, como Romanones en Guadalajara. Si acaso pierde votos en Galicia, pero tampoco disminuye excesivamente su "poder" ahí. Y son sitios, donde aumenta votos el PP, que "dan poder". Gana en votos pero, legislación electoral mediante, no gana en concejales ni en parlamentarios regionales (autónomos son bastante: no les adjudico la etiqueta de "autonómicos")

IU gana ¡vaya que si gana!: caídas y hostias por doquier. Sin ir más lejos aquí, adonde soy vecino, Gijón, donde pierde un concejal. O en Oviedo, donde la "renovación" echa por tierra el trabajo honesto (y esforzado: un david frente al goliat pepero) de alguien que debió concurrir -y sacó plaza- por otras siglas. Por lo demás "gana" porque, dice, es llave más que nunca en muchos más sitios. Bisagra que chirría...

El PNV, claro está, gana también... pero pierde en numerosos sitios hasta quedar tercera o cuarta fuerza: Egíbar e Imaz, la eterna doble faz, de Juno, del PNV (ni contigo ni sin ti, Espainiak). Eso sí, mantiene las alcaldías... y gana todas las diputaciones (perdón, que éstas es con mayúscula, por lo del "hecho diferencial": Diputaciones)

CIU, gana: no podía ser menos. Pero no alcanza poder más del que tenía. Gana porque aparece como alternativa en Barcelona y se afianza como la fuerza que sustituirá al tripartit bien pronto: el nacionalismo de Esquerra le puede más que la izquierda; lo mismo a la IU verdosa y demás.

Y en Asturias, que lo tengo más cerca, gana(n) el nacionalismo(s, que son muchos, variados y típicos: como los "bables"). Son 21.000 votos arriba o abajo (para la Junta General del Principado, digo) repartidos entre los cuentistas "sumadores" por Asturias: los PAS_URAS (no se malinterprete al pronunciarlo), los de Unidá, de tres formaciones de cantamañanas; los de Andecha Astur (hay otra Andecha, pero es más local) y los de Conceyu y otros "raros": los "cedas".  21.000 votos por la oficialidá y chorradas así como que "tamos discriminaos", "dominaos" "ocupaos"... pero, eso sí, subvencionados, prejubilados y todo eso pero pagado por los que nos dominan.

Quien me haya leído alguna vez antes de esto sabe el asco que me produce (ni con tisanas se me va: como mucho me llevan al baño) toda esta milonga que sustituye debates serios en torno al ejercicio de derechos "colectivos" pero que se sufren individualmente: el trabajo y su precarización; el acceso a servicios diversos que, como humano del siglo XXI son obligados ya; y al conocimiento más elevado... Hasta la identidad, coño, es individual sin que te la impongan esos cantamañanas y soplagaitas. Pero, venga, erre que erre: oficialidá y, si acaso, como en Cataluña (la Hungría de este imperio austriaco que es borbónico...): trilingüe. Joder, no saben escribir en una lengua, y se les pide en tres al mismo tiempo. 

Capricho islámico

La noticia aparece hoy en prensa: el ministro de exteriores iraní, abandona una cena en la que iba a tener enfrente a Condoleezza Rice... porque la violinista rusa que iba a amenizar el banquete tenía un vestido rojo ceñido. No era porque le habían puesto cerdo (ni agridulce ni a la plancha), ni vino francés, ni nada por el estilo: era porque una mujer, vestida a la occidental para un acto... es vista por la sucia mirada de un payaso como un objeto de deseo.

Hay que fastidiarse con la búsqueda del mestizaje cultural. Sobre todo cuando no partimos de la misma consideración de lo que es un derecho esencial de la persona: vestirse de acuerdo a unos patrones sociales reconocidos ampliamente.

¿Sabe el payaso del ministro tal que a muchos nos ofende por indigna la vestimenta que su religión impone a la mujer en su país y los de la misma religión? Ni lo sabe ni le importa. Basta la chulería y el reto... porque las "raíces culturales" son firmes. Y de esto, de las raíces, ya hablé mucho en otros artículos. Si por la boca muere el pez, por la raíz muere el árbol. El hombre, por la estupidez. Y ese ministro, no hay cuidado, no morirá por la estupidez pues habría de ser hombre antes.

Maldita moral la que se impone desde las religiones a estas alturas de la Humanidad. Una moral que en todas: EN TODAS, las religiones del libro, universalistas, tienen a la mujer disminuida en su humanidad: al servicio (cualquier servicio) del hombre: es un medio para el hombre. ¿Puede alguien asumir un credo así y luego mirar a los ojos a una mujer como a una igual? No. Por eso abajo la religión y guerra a los que predican. Santo Estúpido es a quien adoran al fin y a la postre.

Así, que no me llamen para una alianza. No es una cuestión de negociación de esto por lo otro: con los derechos humanos, no hay tal.

La culpa, siempre es del gobierno

Eso hay que decirlo de entrada. Y decirlo muy alto para "cargarse de razones". Y decirlo mil veces para que se vea que es verdad. Pasa siempre que una crisis afecta a un montón de personas. Y si son "desfavorecidas", entonces el asunto es "de justicia". Ayer fueron Forum y Afinsa (y muchos más, pero para no ir tan lejos...), hoy Air Madrid.

En este caso, la regulación era clara y el procedimiento fue ajustado a derecho: aviso, plazos... pero los gestores se movieron con rapidez y deciden cerrar la empresa. Decenas de miles (hasta 130.000 ha dicho la propia empresa) de viajeros en tierra y sin el dinero de sus billetes, amen de su ilusión en la papelera. Rápidamente el comunicado de los impresentables de la empresa es culpar al gobierno que "hace inviable a la compañía" se supone que por sus insidias. Como estas fueron públicas, la empresa estaba "estigmatizada" y había de cerrar. Coño, pero cierra tras cobrar los billetes y sin preaviso ni plazos. Bonito.

Pero como todo hay que politizarlo, tenemos a "antigubernamentales" diciendo que si fuese "Air Catalunya" no sería igual. Pero el caso es que no ha lugar, y es Air Madrid (de Telemadrid y sus incumplimientos, estos sí políticos, también se podría hablar... y no se ha cerrado aún). Y otros imbéciles pero persiguiendo rentabilidad politica dicen:

SUSPENDIDA LA LICENCIA DE VUELO

Rajoy pide explicaciones al Gobierno por la crisis de la aerolínea Air Madrid

Actualizado sábado 16/12/2006 16:57 

EFE http://www.elmundo.es/elmundo/2006/12/16/espana/1166278886.html?a=a9404425aca7f67a1630da4e43846ae1&t=1166304024

PONTEVEDRA.- El presidente del PP, Mariano Rajoy, ha solicitado que el Gobierno explique la próxima semana en las Cortes qué ha pasado con la compañía Air Madrid, una crisis que a su juicio el Ejecutivo ha gestionado sin eficacia.

En un acto del PP en Pontevedra, Mariano Rajoy se refirió a la crisis de la compañía, y reclamó que el Gobierno atienda "pormenorizadamente" a los miles de afectados. Afirmó que, en este asunto, el Ejecutivo "acredita falta de eficacia", y "oculta" su gestión "con prepotencia".

"Hoy es Air Madrid", afirmó el líder popular, que también se refirió a los episodios polémicos en el aeropuerto de El Prat de Barcelona o la crisis del Fórum Filatélico, en lo que "siempre los damnificados son los ciudadanos".

Agregó que, en esta ocasión, los perjudicados "son personas con pocos recursos". "Que lo explique", reclamó al Gobierno.

 

O sea, todo un "excelente gestor" de una crisis magnificada por ineptitud (el Prestige) de la que hay documentos sonoros (en el amplio sentido de la palabra) de su propia voz (aquellos hilillos famosos de chapapote...) pidiendo cuentas; alguien que no reguló para nada -ni él ni su colega Rato- el asunto del enriquecimiento por coleccionismo, preparando la estafa de Forum y Afinsa; alguien, en fin, sin vergüenza, pide cuentas. Y con la demagogia de los de "pocos recursos". Coño, los duros a peseta tienen su riesgo y hay que saber negociarlos.

Pero vale, es un desastre y hay que afrontarlo. Pero la empresa y todas las conexiones políticas que pueda haber (Esperanza seguro que algo tiene que decir: en el Prat lo tuvieron que decir los de la Generalitat además del propio gobierno: fueron aquellos los que negociaron para que Iberia siguiese) deben quedar en su lugar.

Mientras tanto, al gobierno lo que es del gobierno, y al incauto, lo que es del incauto. Por una vez, la OCU también apunta al auténtico responsable, la empresa; porque con lo de Forum y Afinsa, el responsable era el gobierno. Joder... Si interviene porque interviene, si no, porque no interviene... La derecha en este país, sin Aznar es más tonta que imbécil. Y, si no, basta ir a este sitio y quedarse con el titular: http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276294945.html O sea, el gobierno, intentando traer en un plazo razonable a la gente que quedó colgada, para los tontos del haba de Libertad digital, "les obliga a renunciar a sus vacaciones". La desfachatez.

Canícula

Las guerras son para el verano. Las bicicletas también, pero lo que es seguro, es que las guerras son para el verano. Al menos en los climas templados. Pero como de las gentes y países de esos climas depende bastante de lo que pasa en el mundo (los telediarios se emiten más regularmente en los países templados, con cuatro estaciones…), aunque en los trópicos no haya verano o todo tiempo sea verano, la guerra ha de ser en el verano boreal. Importante esto: boreal, del norte, porque las guerras son el sur: la muerte es más barata.

Otra más. El hedor de Sabra y Chatila puede volver a sentirse pronto. Creo que ya se está sintiendo, porque al calor los vapores de la putrefacción van más rápidos. Los estúpidos han vuelto a ganar la partida. Y doblemente: unos han  conseguido “socializar” el dolor al tener tras sí a las víctimas (doblemente víctimas: ponen la carne ante el cañón y, además, se sienten contentos); otros confirman lo que otros se empeñan en hacerles ver: nada de retirarse: más muro, palos y detenciones arbitrarias.

En El País se han mostrado “judiófilos” a pesar de Maruja Torres. En letra más pequeña (y en cartas al director los conocidos Chomsky, Berger, Saramago… o algún colaborador de ONG en Palestina) los defensores de los palestinos. Desproporcionadas las fuerzas.

Y, sin embargo, el juego está en la sombra: Siria hace pagar lo que supuso su abandono de Líbano; Irán prepara la red para lanzarse al próximo salto; y el tonto de Crawford confunde con la “mierda” lo que no es más que su propio trabajo de ¿aprendiz de brujo? ¿chapucero hispano? ¿tonto de remate?.

Hace calor, pero a este lado del Mediterráneo puede llegar el aire contaminado porque estamos tan cerca…

Pensamiento débil

Hay dos formas extremas y políticamente “situadas” de enfrentar la realidad social. Una, que diríamos de “derechas”, se queda en el análisis de superficie y ofrece siempre una visión negativa de la realidad. Usa símiles médicos en los diagnósticos y en los pronósticos: de ahí que continuamente acuda a “síntomas”, y más que de causas, hable de “culpas” que “orgánicamente” se cargan a la sociedad o a grupos de la misma (partes constitutivas u órganos de la misma).

Ese negativismo analítico se corresponde con un “cualquier tiempo pasado fue mejor” y casa a la perfección con el conservadurismo de toda la vida. Pero el peligro de aplicar esa visión a los problemas de la sociedad está en el “tratamiento” médico de la situación. Porque se supone un estado “saludable” que se puede “prescribir” y alcanzar mediante un tratamiento técnico y profesional de los desvíos identificados. Prohibiciones, recomendaciones y, en última instancia, culpabilizar al sujeto (o grupo) de la “salud social”, aunque será el poder el que inicie en el momento que considere oportuno las “terapias” de choque, “dolorosas” pero “necesarias”: cirugía, vamos.

Otra forma, situada a la “izquierda” y también tremendamente superficial es la que se esconde detrás del “políticamente correcto”. De origen liberal (eso son los demócratas anglosajones) fue aceptado por la izquierda “divagante” (terminología del profesor G. Bueno) para sustituir al pensamiento fuerte heredero del marxismo-leninismo y quedarse en lo “progre”.

El pensamiento “políticamente correcto” nada en la superficie del lenguaje, de la apariencia del “signo” más que en el significado. Es decir: supone una relación estrecha entre el signo y el significado, de forma que si cambia aquel, por fuerza lo hará éste. Así, desterramos la palabra “negro” del lenguaje y automáticamente la discriminación empieza a borrarse. Lo mismo con ese estúpido uso del o/a o el más aún, @ para señalar el sexo (aunque se diga “género” y aquí sí sería correcto pues nos movemos en el ámbito puramente lingüístico) en el discurso.

La inanidad de este patético esfuerzo de la izquierda es patente. La derecha, moviéndose en el terreno “gerencial” y “médico” (ambos identificados: el Estado es un hospital para la sociedad) lleva más de una década batiendo sin tregua a una izquierda que está desubicada. Da igual que asuma el poder que no: no lo tiene y no tiene estrategia clara para ejercerlo. Sólo para alcanzarlo en tanto sus votantes se deban mover entre el mal y el peor.

Contumacia

Sí, eso es lo que practica el PP ahora mismo y ante cualquier cuestión. No sólo es que “el fin justifica los medios”, es que los medios deben ser lo más abrasivos posibles, porque si después de la demolición de Felipe González y con la gestión del poder durante ocho años, se les fue de la mano, ahora hay que ir a por todas y para siempre. Lo mismito que los moderados allá por 1843… y para veinticinco años con un mínimo interregno no bien calculado: lo que quería O’Donnell no podía ser y Cánovas lo vio bien pronto.

Contumacia. Da igual que unos y otros digan que “no es constitucional” hacer un referéndum en toda España por el Estatuto catalán. No es constitucional. Punto. Da igual que se presente como se quiera. El Congreso ha votado y no hay más que hacer. Las suposiciones no se pueden ahora trasladar a una “vista del Constitucional”, porque tampoco eso está en la Constitución. No al menos hasta que entre en vigor.

Y es que al PP las reglas sólo le sirven cuando juegan a su favor. En eso les sale esa vena anarquista de “las reglas son para los hombres y no los hombres para las reglas”. Pero ocurre que eso, realmente, no es democrático: es dejarlo al albur de las mayorías. Las reglas deben estar por encima.

Contumacia. Da igual un tema que otro: hay que desgastar al gobierno hasta que se hunda. El asunto del terrorismo y ya a propuesta del propio PP que, entonces, quería dotarse de una legitimidad que no necesitaba pero que le ayudaba a vestirse mejor con esa mayoría recién adquirida, está en manos del gobierno. Exclusivamente, aunque deba contar con la oposición pues ésta debe ser informada (no consultada, ojo) y escuchada si parece oportuno el caso. Pues bien. Ahora el PP “exige” las condiciones para dejar el asunto terrorista fuera de la lucha partidista (que no política, claro). Pero ¿no habíamos quedado en ese pacto, que el terrorismo quedaba fuera de esos avatares? Sinvergüenzas es calificativo pequeño. Descarados, además, por atizar con las víctimas por delante. Y mintiendo. Pues no otra cosa es lo que suelta ese imbécil de Zaplana sembrando dudas y confusión.

Contumacia. En la defensa de una catolicidad que ni ellos mismos se creen ya. Pero eso también ayuda a desgastar al gobierno. Y todo vale. Sale un tontobaba diciendo esto o lo otro sobre la mujer (por ejemplo, que “algo habrá hecho” como dijo ese tonteólogo murciano), o sobre las células madre, o… y ellos con que, claro, como el gobierno está acabando con los valores…

Contumacia. En la “justificación” del cabreo de algunos militares ante el Estatuto. Eso es vergonzoso. Es jugar a bombero pirómano.

Contumacia es pasear a ese hombre de bigote cómico, con risa caballuna y bailándole el agua. Además de contumacia es no tener otro rumbo que ese que ya falló. Si hay que contentar a la ultraderecha, se pierden la derecha. ¿O es que ahora el centro es la ultraderecha, una vez desaparecido el comunismo? Hay que joderse con esta tropa…

La democracia matemática.

Desde luego, la racionalidad en la Democracia, es el número. No es la que deriva de una posición moral. Quizás por eso no sirve la definición de Churchill que, con cierta ironía, señalaba que era el sistema político menos malo (si bien con un juego de palabras, innecesario ahora).

Y no sirve porque no procede “valorar”. No es un asunto de valores, es de número.

Viene esto a cuento ahora por esa encuesta que se dio a conocer hoy (acaso sea “oportuna” su presentación: el Estatut ahí, Ibarreche volviendo r que r a lo suyo…) que da un 81% de encuestados –se extrapola al conjunto de todos los vascos porque la encuesta se hizo de acuerdo con métodos científicos que son correctos- a favor de una negociación ETA y Gobierno.

Se supone que en una negociación las dos partes han de estar a la misma altura. Y ese estatus se consigue dando la misma entidad a uno y otro. Parece descabellado, pero es así. Moralmente, sabemos que no debería serlo: una organización terrorista a la altura de un Estado legal y legítimamente constituido… pero la estrategia etarra y de sus adláteres siempre fue esa: una vanguardia –armada- del pueblo vasco (entidad material, histórica, inmutable en su esencia…) cargada de Razón –la que dan las armas y la impunidad de un apoyo difuso-, señala la meta y, a menudo, el camino.

Lo del árbol y las nueces acaso fue la imagen más certera de todo este asunto. Porque los escrúpulos de los compañeros de viaje de ETA (PNV, EA, y de ahí para arriba, los menos escrupulosos y verdaderas caretas políticas de ETA… salvo esos ilusos de EB que se apuntan al bombardeo que cuadre) nunca han sido lo suficientemente fuertes como para dar la vuelta al chantaje y negarse a cualquier transacción en medio de la efusión de sangre y extorsiones diversas. No, no tuvieron coraje. Tampoco ese 40% que insiste en la negociación aunque no haya “tregua”.

La democracia es número.

Y reglas. Éstas son la única garantía para la decencia. El problema está en que la regla da un ámbito de decisión que no cuadra con el propuesto por los sinvergüenzas: ahí el número no les da para ganar.

Ahora bien, la regla se puede saltar. O se puede rehacer… según el número. Y, entonces, apaga y vámonos: gana el sinvergüenza. También es verdad que los finales Hollywood son falsos.

El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Esa es la consigna moral de estos farsantes que insisten en la meta.

Por cierto, el moderado de Imaz va a defender el plan Ibarreche en la mesa de partidos.

La vergüenza la siento yo.

Tontería de Izquierda Unida-ICV

Estupefacto me he quedado: IU-ICV piden al gobierno que estudie la puesta en marcha de un plan que permita a los jóvenes desempleados obtener créditos para sufragar los gastos del carné de conducir. Ahí es nada. Tanta defensa del transporte público y, desde los verdes, tanto reproche al transporte privado... y ya vemos. Las contradicciones...
Hoy Michael Crichton dice en La Vanguardia que los ecologistas están parando el crecimiento económico y que, a diferencia de los años 60, hoy representan lo más retrógrado y hacen peligrar puestos de trabajo, desarrollo y bienestar. Lejos de mi defender al ilustre bestsellero. No. Al contrario. Creo que los ecologistas pidiendo sensatez y restricción en el uso de combustibles fósiles y control de los agentes contaminantes están haciendo una heroica labor. Eso sí, los de aquí, integrados en la Jaula de Grillos alternativa, pues no.
Vamos a ver, tras la ayuda para afrontar los 800 euros de media que cuesta sacar el carné de conducir, ¿defenderán a continuación la concesión de créditos blandos para tunear el cocherito leré? ¿No genera eso también empleo y desarrolla la creatividad? ¿Ese coche que se adquiera va luego a ser “para ir a trabajar”? ¿No será mejor usar el transporte público? ¿Es necesaria esa igualdad de oportunidades para optar a matarse en carretera el fin de semana?
No me jodan, por favor. Vale de tonterías y folcloradas. La izquierda es/debería ser otra cosa, coño. Para ver la noticia

¿No más Europa?

Seguramente no más Europa en la línea que se estaba siguiendo. Pero tampoco se ve muy bien en qué dirección. El no francés abre interrogantes pero, sobre todo, desata especulaciones y dibuja “escenarios” tan diversos que se puede decir que todo está abierto. Hasta la liquidación del objetivo de unión política... como ya lo parece el de la cohesión social
Creo que el problema viene, precisamente, del papel que se le sigue asignando a uno de los constituyentes, los Estados. No son meras “circunscripciones” electorales para esa Europa (UE, porque Europa es más: es la idea cuyos límites territoriales son difusos) que queremos. Y, sin embargo, prefiero a esos constituyentes antes que a esos idealizados tanto como imaginados pueblos.
Deberían ser los constituyentes ese “nosotros, ciudadanos europeos”... Y no lo somos. Por eso tampoco votábamos una constitución: votábamos un tratado internacional con contenidos constitucionales: la carta de derechos (y eso es pura esencia europea; no lo puede negar nadie sensato); el organigrama institucional (Niza mejorado... a pesar de lo que diga el “profesor de liderazgo internacional” y bigote charlotiano); y el sujeto (sujetos) de la soberanía: ciudadanos y Estados.
Pero ¿existen realmente los ciudadanos europeos? No. Aún no. Desgraciadamente no. Pero no está el camino en encuadrarlos primero en “naciones” o “pueblos”. Sí en Estados... pero como circunscripciones. Uno es ciudadano del territorio que le garantiza unos derechos... como individuo. Se dice “todo (portugués, español, irlandés...) tiene derecho a....” porque ese Estado “constituido” es el que se lo garantiza. La nación en tanto no es Estado, no se lo puede garantizar... y sólo atiende al pueblo al que llama nacional; y los derechos vienen en tanto componente del pueblo susodicho, pero no como individuo humano igual a otro humano.
Estados como circunscripciones; Europa como Estado que garantiza los derechos. Entre ellos, el de igualar a sus “conciudadanos”.
Y aquí viene el problema: si en su día los noruegos se negaron a “cohesionarse” (léase compartir su bienestar y su petróleo) con los otros europeos, hoy lo intentan otros que ya están “dentro”. Pero ya se sabe: pasa lo mismo dentro de los Estados entre las regiones ricas (que presentan “déficit fiscal”) y las menos ricas (no hay territorios pobres si se tiene perspectiva mundial).
Y dentro de lo que debería ser “circunscripción electoral” nada más lo que ocurre es que se vota contra el que “administra” ese territorio creyendo que es su coto soberano. Eso es lo jodido. Eso es lo que ha pasado en Francia. Eso es lo que ha pasado en Holanda... y, al principio de todo, en España. Aunque aquí salió el “sí” se votó lo que había dentro. Por eso los “peperos” huérfanos del Ánsar de Niza votaron no lo que decía el ppartido sino “contra ZP”. Y los psoeros votaron a ZP... sin saber lo que había en el Tratado por el que se establece una Constitución para la UE. Así es. Así nos jodemos aún.