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Higinio

DE NATIONALISMUS

Paco el pocero, lehendakari (3)

Contumacia. Es un agravante en derecho penal. Y el paco el pocero del norte, insiste:

"Ibarretxe: "Seguiré hablando con todos porque no hay otro camino para la paz"

El 'lehendakari' asegura que tiene la conciencia tranquila, tras declarar como imputado por reunirse con miembros de Batasuna"

Va más allá de sinvergüenza. Empieza a delinquir. No es falta, es chulería. Y eso que sale sin boina. Por cierto, que tenía su cohorte aplaudiéndolo a la salida del juzgado.

Aquí, con tal de hacer paisito vale todo. Lo malo, lo que no se tiene en cuenta en la ceguera de hacer paisito o corralito, es que las dinámicas que se inician nunca se paran con el freno que se pensó al ponerlas en marcha. El futuro no está escrito (y no es una frase hecha) porque no se controlan todas las (infinitas) variables, las interacciones de sujetos libres y no tan libres. Por eso, ningún experimento social es posible; y los que se hacen en Ciencias Naturales han de contar con muy pocas variables: lo "complejo" aún es imposible de gestionar su predición.

Por eso, cuando se hace algo con violencia, ésta estará presente luego por generaciones. La primera vez que llegué a reflexionar sobre ésto fue con el libro de la periodista argelina (¿Shalima Gezali?) quien remontaba la durísima guerra civil que vivieron en los 90 con la lucha (no menos feroz) por la independencia en los 50.  Allí estaba el origen de un comportamiento que era difícil de eliminar. Lo mismo pasó con las guerrillas contrainsurgentes de los 80 en Centroamérica: hoy son maras y allí la vida no vale nada. Y el paisito, quienes defienden la urgencia y lo irreversible ya del nacimiento del paisito, también apostaron por "socializar" el sufrimiento: sacarlo a la calle y forzar violentamente la independenchia. Pues bien, ahora, los que recogían nueces puede que se encuentren con alguna hostia que otra, alguna nuez como proyectil (esperemos que no en la nuca). Eso pasa por no hacer caso a aquel otro vasco, un poco burro, eso sí, él -el de la patada en la puerta- que recomendaba que los experimentos [sociales, se entiende] en casa y con gaseosa (Gorbea, añado).

En estas estamos: un Paco el pocero, invisible estos tiempos de atrás y ahora aprovechando la rendija que han abierto los hideputas hace justo un mes. Entre hijoputas anda el juego...

Paco el pocero, lehendakari (2)

Pues sí. Al menos que haga política parainstitucional quien no sabe de Derecho ni de instituciones. Porque fiarse de alguien que sí sabe pero que se escuda en la (supuesta) ignorancia de los demás, es mucho fiarse. Sinvergüenza debe llamarse a quien actúa así y a quienes lo jalean.

Acabo de leer el "documento" leído en la concentración de unas 25.000 personas (bueno, eso ya se sabe: la matemática aquí no es exacta). Una vergüenza que se diga y que se haga comulgar con ruedas de molino. Resulta que el apoyo al pollo es porque ejerció un derecho que le han encomendado sus votantes: buscar la paz. Hay que joderse con el uso de la lengua que hacen tamaños sujetos. Debe ser que la diglosia les lleva confundir churras, merinas y razas ovinas vascas.

Señor representante de vascos y vascas, su autorización (y libertad) para "dialogar" (que ya es mucho decir porque la palabra es hoy más sospechosa que, por ejemplo, corrupción) es DENTRO DE LA LEY. Porque dialogar, hablar, negociar, pactar... se hace con interlocutores reconocidos (legalmente) como tales y en total lealidad. No hacerlo es moverse en la ilegalidad: alcantarillas del Estado, falta de transparencia, engaño... para enterarse luego, el señor X, por la prensa. 

Tres ejemplos de los límites en la negociación y el diálogo: ¿Es "negociar" el "peaje" que se paga para comprar un piso? La negociación es entre dos sujetos perfectamente"legítimos"... pero el acto es ilegal. ¿Puede una autoridad "dialogar" o "negociar" con cualquier hijo de vecino más allá de atender el "derecho de petición" que, en puridad no es diálogo ni negociación? No, porque la contraparte no representa a nadie más que a sí misma y, por tanto, no es un acto político válido. ¿Es legítimo que un representante legal de la sociedad "negocie" con el jefe de una banda mafiosa? Tampoco: estamos ante alguien fuera de la ley que, en el Estado de Derecho debe ser combatido y tratado como un delincuente.

Y el cuarto ejemplo: ¿Es lícito que una autoridad pública del Estado negocie, dialogue o, siquiera hable con contenido politico, con cualquiera a título de una entidad fantasma? Pues no, no lo parece. Es más, puede que incluso sea algo totalmente ilícito si, esa entidad fantasma fue reconocida por los tribunales como una banda delincuente. Y, la excusa de que la sociedad no lo entiende (argumento sociológico), que la sociedad lo pide (argumento político), que cualquiera puede hablar con cualquiera (argumento falaz), no son excusas, son disfraces de una gran mentira: La Ley de partidos no es una ley de excepción, ni siquiera para un lugar donde se vive de excepción. Es legislación democrática y para la democracia. Es algo que hizo daño al nacionalismo (más al que sacude el árbol que al que coge las nueces, pero si no se menea el árbol, no caen nueces) y aún se lamen las heridas. Cuentan, sí, con el apoyo de paniagudos que se dicen rojos cuando son vergüenza tribal también.

No es de recibo la manifestación, el lloriqueo, el pataleo y la estupidez de reconocer su mérito a los "jueces buenos" castigando y señalando a los "malos". Eso no es hacer política, eso es marrullería. Lo único que hay de político en el asunto es que, detrás, hay demasiado imbécil que comulga con ruedas de molino y da la fuerza necesaria para que el chulo se pavonee. Si un ministro fue a la cárcel, no sé por qué no va a ir un caudillo tribal de una nacioncita si es el caso. Podría ser...

Tomado de El País a las 22.35 horas. Añade, además que las estimaciones del ayuntamiento de Bilbao son de 45.000 participantes.

(...)"Al término del recorrido, Ardanza y Garaikoetxea han dado lectura, en euskera y castellano, a un comunicado en el que han calificado de "atropello", "clara interferencia política" e "intromisión en la tarea institucional" el proceso contra el lehendakari. En el comunicado se critica "la politización de la Justicia, que intenta coartar la función que corresponde a las instituciones políticas y a los representantes directos de la voluntad popular".

"Ibarretxe no es un delincuente"

Poco antes del inicio de la marcha, el portavoz de la ejecutiva del PNV, Iñigo Urkullu, ha lamentado "la excesiva injerencia por parte de jueces, que tienen impulsos políticos, en lo que es la actividad política, que en democracia es la práctica del diálogo". "No se puede admitir, bajo ningún concepto, que el lehendakari sea llamado a prestar declaración como si fuera un delincuente común por haber ejercido lo que la sociedad vasca ha expresado en las urnas y en las encuestas, que es la apuesta por el diálogo", ha añadido . El secretario general de Eusko Alkartasuna, Unai Ziarreta, ha dicho por su parte que se ha "judicializado en exceso la política vasca" y ha calificado de "despropósito jurídico" que se llame a declarar a Ibarretxe por ejercer su "derecho y obligación" de hablar con una "representación política". Para el coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo, la manifestación "no es en favor de una persona, sino en favor de la ciudadanía y el conjunto de las instituciones vascas y del libre ejercicio de los derechos fundamentales de reunión y libertad de expresión"." (...)

Paco el pocero, lehendakari

El título no pretende ser irreverente, sólo descriptivo. Y es que ¿en qué se parecen ambos personajes? Posiblemente haya más diferencias que similitudes. Es posible... pero en la actuación ante el público no es probable que haya más diferencias que similtudes. Y haciendo política, tal vez tampoco.

Es el caso que, siendo posible (y legítimo, de acuerdo con la constitución) hacer política no institucional desde la calle, la prensa o cualquier manifestación a título particular y o en colectivo, hay unos límites que, traspasados, se incurre en responsabilidad penal. De esta se han encargado los propios jueces del País Vasco en recordárselo al presidente de ¿todos? los vascos y las vascas... Cualquier manifestación, hasta este pensamiento escrito mío, es política porque el tema lo es y mi intención lo es. Pero yo no he sido elegido por nadie para hacer política. Y asumo la responsabilidad que me toque por este artículo.

Ahora bien. Cuando alguien ha sido elegido para hacer política INSTITUCIONAL, debe jugar de acuerdo con esas cartas. Si no lo hace, tendrá que asumir que se le enjuicie públicamente como si no hubiese sido elegido democráticamente para hacer política. Como si cometiese cualquier prevaricación. Vamos, como cualquier vecino hijo de vasco y vasca..

El sujeto que propongo para lehendakari de Seseña es un individuo "popular" y que tiene detrás miles de apoyos (sus trabajadores que, si no, se quedan en la calle). Y no dudó en sacarlos a la calle para sacar adelante "lo suyo". Afortunadamente la ley no se torció (de momento) a su favor. También podría apelar a otros alcalditos (la diferencia con el lehendakari de los vascos y las vascas no es tanta: es una cuestión de territorio, pero de tamaño, no de contenido: vecinos son todos y, si se apura, nacioncilla es cualquier parroquia con identidad...) para la comparación. Todos tienen algo "suyo" que defender, aunque sea la honra perdida. No sería adecuado traer aquí al Gil y pollas marbellí, que era un corrupto y aquí sí que habría más diferencias que parecidos (en el físico también: Gil y pollas no tenía orejas de soplillo, algo identitario e inseparable con el RH negativo, pero se soplaba la barriga con un abanico cuando hacía demasiado calor...). Pero también tenía a su gente detrás y arrasó en las elecciones democráticas. Claro que eran muchos los que tiraban del teto de la vaca marbellí... hasta que llegó lo que llegó: malaya... sí, malhaya la hora en que los marbellíes consintieron que, a cambio de quitar pordioseros en el pacto diabólico se les iba también el honor.

A los vascos y vascas les puede pasar lo mismo. Desconfíen, por favor, de las llamadas a cerrar filas. Los trompeteros de esa convocatoria están tirando del teto (bien situados y viviendo de la poltrona que, también es Estado, como han recordado los mismos jueces de antes) y quieren hacer ver que van contra los vascos y vascas. No es verdad. Tampoco lo era en el caso Banca Catalana: Puyol no era Cataluña, pero así lo hizo ver. Resultado: un aumento espectacular del índide de gilipollez en una sociedad ya altamente aGILipollada. Y es que la Democracia es una cosa, y la demagogia, otra: especular, pero falsa.

Vuelven los hideputas...

Sí. 30 de diciembre. Para despedir el año. Y a lo grande. En proporción a la calidad de hijoputismo que encarnan. No tengo comentarios para la acción y sus autores. Más allá de hideputa (y que me perdonen todos los hijos de quienes se ganan honrada -no honestamente, está claro- la supervivencia ejerciendo de putas; no sé si el perdón va para las madres de esos asesinos que, a menudo, desean excarcelarlos... pero es posible que sigan en esto a sus padres) no cabe otro calificativo.

Sí tengo algo que decir para los que recogen las nueces. El gobierno vasco, a través de su portavoz, habla de una "profunda reflexión" en la que concluye que el proceso no debe estar roto: prudencia, serenidad, etc. No me extraña la conclusión. ¿Sabe alguien cómo fue esa profunda reflexión?. Literalmente: si hay bombas no hay tregua y que si hay tregua no puede haber bombas. No sé si la boina perjudica impidiendo la oxigenación de las neuronas, o si de tanto agacharse a coger nueces han podido sufrir un derrame que les impide realmente discernir lo que es profunda reflexión y lo que es gilipollez. Es más, como corolario de tan profunda afirmación, llega a afirmar que "alguien en nombre de ETA" ha provocado esto (literalmente: introducir en el corazón de los ciudadanos desesperanza, frustración y miedo. Increible.

Luego, los partidos se han delatado: todos los nacionalistas piden que el "diálogo no se interrumpa". La estupidez mayor, del sindicato ELA: "el gobierno debe asumir su responsabilidad". Afirmar eso es un punto menos (pero en la línea correcta) del hijoputismo graduado. Y los otros, a pillar votos... incluso con la ayuda de la AVT (y la tontería del Foro de Ermua -qué pena- pidiendo la dimisión de ZP). La foto no sale movida, pues todos aparecen en su sitio.

No. No se puede negociar nada. Ni dialogar tampoco. Ese es el mensaje que hay que hacer llegar a los hideputas y sus seguidores (punto menos de hideputas también: aquellos imbéciles sociales de una serie de artículos anteriores). Hay quien tendrá que pudrirse en la cárcel o morir -porque es su deseo y el de su pandilla- con la sonda puesta. Eso es lo que me merece el recuerdo que tuvo para él el portavoz de los hideputas. ¿No quieren mártires para expresar el coste de conseguir una supuesta libertad nacional? Pues venga, pero que sea suicidio, no sólo que lo parezca, que lo sea. Que el Estado (que me representa a mí y no soy partidario en absoluto de la pena de muerte... NI PARA SADAM, NI PARA BUSH) no sea el ejecutor. Tampoco está obligado a la piedad... porque es aconfesional. Además, el Chaos, como el Chapote, no han demostrado ser seres humanos. Habrá que hacerles la prueba del ADN.

Un enlace (y no es mi periódico favorito, ni siquiera de mi gusto, pero aquí resume las "declaraciones").

Sigue el mareo de la perdiz

Hace más de dos meses que no he escrito nada aquí. En ese tiempo han pasado muchas, muchas cosas. Pero para continuar con la última escrita, he de recoger que alguna negociación debió de haber: el hideputa del que hablaba ha abandonado la huelga de hambre y lo presenta (y sus correligionarios también) como una victoria.

El juicio ha comenzado y resulta que sólo quiere ser escritor, que se ha desvinculado de la banda. Banda de hijoputas que ahora ha decidido rearmarse y los mamporreros (hijoputas también, pero estos "legales" porque su chulería no infringe la ley... a pesar de que en las tabernas del pueblo de estos impresentables siguen apareciendo muestras de su talante asesino) aún dicen y piden derechos humanos.

Está bien eso de montarla y luego reclamar paridad en la mesa. Cualquier subnormal puede entender que dos son iguales si no conoce el criterio para comparar. Víctima y verdugo son iguales en cuanto que son uno y uno. Ahí se acaba todo, pues lo demás es desigualdad. Los hijoputas lo son a tiempo completo y por mérito propio: no pueden pedir que se les trate como a los "hijos de los demás" pues no lo son.

A la mierda la mierda que representan. Asco de tanto vasco... impresentable.

Un pulso al Estado y la sociedad españoles

Eso es lo que está intentando hacer Ignacio de Juana Chaos, como protesta por su mantenimiento en prisión tras la revisión de su inmediata excarcelación según la legislación de 1973 por la que ingresó en prisión, vio “rebajada” su condena máxima (30 años, de los miles a los que fue condenado) tras la aplicación de la ley correspondiente… si bien en una interpretación no necesariamente ajustada a derecho aunque sí se había aplicado a otros: la acumulación de penas en una y la aplicación de la reducción a esa única pena. Pero no es sólo la revisión de esas medidas (lo que acaso no sería “justo” como motivo único) sino que se le procesó nuevamente por dos cartas amenazantes que, al provenir de alguien que no había renunciado a su pertenencia a ETA, son perfectamente entendibles como “amenazas terroristas” y deben ser juzgadas como tal.La oportunidad de esa huelga de hambre está no sólo en que era ahora cuando iba a ser excarcelado sino en un contexto aún más complejo: cinco meses de la “tregua” de ETA y el impasse (al menos así lo dice Gara, HB y todo ese submundo terrorista –tesis de Garzón, con la que es difícil no comulgar) en la “negociación”. Y es que “diálogo” con ETA lo hay y lo sabemos… lo que ocurre es que el Gobierno es probable que le haya dejado claros los límites: no habrá excarcelación general y, probablemente, algunos de los sanguinarios (y líderes de la banda, claro) estarán unos cuantos años más en la cárcel… si bien –estoy seguro- no “eternamente”. Si ETA debe dejar las armas “por nada” –según su parecer- está claro que debe provocar una acción que la ponga nuevamente de actualidad. ¿Un atentado? Sería quemarse a lo bonzo. ¿”Movidas” en la cárcel? Parece más asequible. Y el más tonto –por fiel- que “trabaje”.Al gobierno le queda una papeleta fea. Ya tenemos la experiencia de los GRAPO a finales de los 80, y algún caso aislado más. Pero hay sentencias de sobra para cubrirse legalmente. No perdamos cuidado: no será una víctima del Estado español… objetivamente; sólo “subjetivamente” para quienes son unos sujetos de cuidado. Además, ¿cuántos lo van a llorar? Como mucho, lo jalearán los suyos, pero llorarlo, no: es bastante incómodo en persona y muy válido como mártir. Siempre fue así.

Noticias

Los catalanistas aprovecharon la estupidez de los trabajadores de Iberia del otro día en El Prat para pedir la transferencia de la gestión del aeropuerto, o sea, liquidar AENA. Ya se había suscitado el asunto durante las “negociaciones” del nuevo Estatuto como una prueba más de “soberanía recuperada” puesto que todo iba sobre el magnífico pilar y cimiento de los “derechos históricos”, fulminados en 1714. El aeropuerto en aquel entonces seguro que estaba mejor gestionado que hoy. No me cabe duda.Que lo pidan los catalanistas de CiU y los de ERC no me extraña. Que lo pida ICV sí: éstos deberían pedir lisa y llanamente su cierre, acompañando a los vecinos de Casteldefells que se quejaban del ruido. Y es que no me parece que una gestión catalana de El Prat reduzca ni el ruido ni la contaminación de todo tipo que produce un trasporte tan poco de izquierdas y mucho menos verde.Pero todo sea para pescar a río revuelto. Aunque sean zapatos viejos arrojados al agua. La estupidez no tendrá nunca fin.Como jacobino rampante que soy podría chocar que criticase también otra noticia de prensa de hoy: el decreto de la presidencia iraní (y del Consejo de la revolución) sobre la sustitución de las palabras extranjeras (no del árabe, aunque la lengua oficial iraní sea el persa o parsi; el árabe es la lengua sagrada y eso es hoy el alimento a falta de mejor comida y desarrollo equilibrado). No creo que me contradiga. Se está violentando desde el poder político una libertad individual que, por otra parte, tiende a una convergencia con el resto de la humanidad. Ningún jacobino podría aprobar esa prohibición. Mucho menos, escudándose en un nacionalismo militante de base religiosa y decididamente antihumanista.

Empecinamiento

El paralelismo de las formas JAVIER PÉREZ ROYO EL PAÍS  -  España - 29-07-2006 El paralelismo de las formas es lo que hace que el derecho sea un ordenamiento jurídico. Una norma es norma jurídica, en primer lugar, porque es producida por un órgano constitucionalmente habilitado para ello de manera directa o indirecta y porque dicho órgano actúa de acuerdo con un procedimiento que está también constitucionalmente reglado de manera directa o indirecta. Pero esto no basta. Para que una norma tenga el carácter de norma jurídica es imprescindible, en segundo lugar, que la norma producida por dicho órgano siguiendo el procedimiento establecido únicamente pueda ser modificada por el mismo órgano siguiendo el mismo procedimiento con el que la creó. Esto es lo que en el mundo del derecho llamamos el paralelismo de las formas, sin el cual el derecho no sería un ordenamiento, sino un caos. Una ley orgánica tiene que ser modificada o derogada por otra ley orgánica, una ley ordinaria por otra ley ordinaria y así sucesivamente.Recuerdo esta obviedad, no sin pedir perdón a los lectores por hacerlo, porque leí ayer en este mismo periódico que Josu Jon Imaz le había planteado a Patxi López que aceptara que, si se alcanzaba un acuerdo amplio en el Parlamento vasco sobre la reforma del Estatuto de Gernika, no sería necesario que el proyecto o proposición de reforma fuera remitido a las Cortes Generales, a fin de negociar con ellas el contenido del mismo, sino que fuera sometido directamente a referéndum de los ciudadanos vascos. (…)(El subrayado es mío)

Está claro ¿no? El empecinamiento (o necedad, de necio) está en que no se acepta de ninguna manera la legitimidad (real) originaria, sino que se propone otra (soñada) e incompatible. Ergo, la solución al “conflicto” no pasa por la negociación, sino por la aceptación pura y simplemente de lo que es Verdad y Natural. Dios (que era de Vergara) les asiste y así debe aceptarse.

También Anxo Quintana (de soltero Ángel Quintana) dice que "nación" para Galicia es algo irrenunciable por lo que no hay pacto.

La sangre de la tribu ciega la mirada del individuo por lo que no es la inteligencia la que guía, sino el furor y las oscuras fuerzas que se alimentan de la bilis. Pero, como siempre, los sacerdotes de la tribu sacrifican, no se sacrifican; tienen argumentos para explicar el fracaso de sus profecías y para justificar la perseverancia; viven de su cuento y del devivirse de los otros. Son nacionalistas.

Oficialidá… pa qué’y, ho? (2)

No es novedad que se diga aquí. La lengua “asturiana” realmente existente, está en la calle y la habla, mejor o peor, el 80% o más de los que han nacido y viven en Asturias (y es difícil desprenderse de ella incluso afuera). Pero eso no es el bable. Es producto de esa diglosia tan denostada (pero tan positiva, como el mestizaje) y acaso más dialecto del castellano que del bable. Es el resultado de una acomodación de la lengua más difundida a la particularidad local y del entorno más inmediato de sus hablantes.

Y no pasa nada.

Bueno, hasta que llega esa gente estudiada, en la Facultad de Filología. Y buena parte de esos licenciados lo son porque esa carrera se le supone, como a las letras en general, que es una carrera fácil… y como hay que hacer carrera, pues como cuando se hace bachillerato: el de humanidades, que es el fácil.

Viene luego todo lo demás. Otras carreras “fáciles” (los simplistas actúan así), como Historia “descubren” el carácter opresor de unos “pueblos” sobre otros. Y hete aquí que estamos ante el caso. Sólo falta que coincidan uno de Filología y uno de Historia en un chigre, haciendo algo mejor que ir a clase (literal: a menudo es mejor) y se vean como colegas porque llevan unas chapas (ellos, tan modernos, lo llamarán “pins”) revolucionarias por el color –azul y amarillo-, el logo –bien una cruz, bien un trisquel- y comienza la conspiración.

Pero eso pasó hace un tiempo. Unos 20 años. Luego algunos de esos estudiantes encontraron trabajo… en el departamento (las sevicias sufridas tienen como premio lo mismo que en la mili: de novato a abuelo es sólo cuestión de tiempo, no de calidad). Y desde allí, como hay que hacerse ver, pues aumenta el círculo y se sale a prensa, a manifestaciones, a donde sea. La cosa es hacerse notar. Publicar para qué. Acaso sólo para reforzar lo que se canta en la calle.

Ahora sus alumnos están en la misma onda. Se les dijo que “el orgullo” es lo que tienen que proclamar. A falta de ideas, el orgullo de los oprimidos que se quieren liberar.

Pero estoy escapándome otra vez.

El para qué la oficialidá está claro. Los conspiradores no se van y les quedan años. Y han llenado todas las covachuelas a las que creen tener derecho: desde la Academia hasta los departamentos universitarios. Ahora, los que vienen, hay que buscarles hueco. La experiencia histórica está cerca: hace unos 115 años lo hicieron los catalanistas de Prat de la Riba: ocupar todos los espacios… y vivir de ello.

Pues bien. Esta nueva hornada “necesita” un puestito. Y nada mejor que tirar del privilegio lingüístico que da el tener “una lengua propia”. Aunque no sea tan propia, pero como otros la tienen, aquí también.

Había unas hablas por ahí, multiseculares, apegadas a una vida y una cultura rural, apenas cambiadas por la llegada de la industria –y la mina- pero que se pueden actualizar desde la Academia con cuatro trabajillos, mucha voluntad y enormes sumas de subvenciones. Todos contentos. Esas hablas, unificadas (el batúa de aquí) ya están desde hace 30 años a disposición de los advenedizos. Sólo falta que se haga oficial. Que los que somos anormales, nos normalicemos.

Magnífica locura la de quienes nos negamos a la normalización. ¿Sabes?: ¡Que y’os den muito pol culo a los normalizaos!

Oficialidá… pa qué’y, ho?

Estamos a las puertas de mayo y los asturchales empiezan la berrea. A contrapelo. La berrea debiera ser a finales del verano y en el otoño -seronda dizs’en bable- pero, estos, en primavera, cuando la sangre se altera.

Tienen por seguro que en mayo era, por mayo fue, cuando el pueblo asturiano se levantó por su independencia, al llamado de la nación asturiana por cuanto fueron todos: cabezaleros ya xente baxa. Independencia contra Napoleón, y soberanía frente al monarca español. Fue un 25 de mayo.

Pero si a esta película la rebobinamos y pasamos fotograma a fotograma, no sale eso. Es más, se verán las notas “subliminales” que introducen los malévolos y difunden los idiotas (ignorantes, analfabetos e indocumentados).

En mayo, se reunían desde las últimas constituciones del XVII (en realidad un reglamento “otorgado” y visado por el Consejo, para nada “constitución”) representantes de los concejos asturianos -por “comarcas” más que por concejo- para tomar decisiones administrativas. Las decisiones “políticas” sólo ocasionalmente… para remitir escritos lloriqueando (alguna hasta se atribuye a un joven Campomanes), no para “legislar”. Esas reuniones trianuales eran la Junta General del Principado. Algo al modo de las Juntas forales vascas… por lo que éstas tampoco eran “soberanas” ni “constituyentes”.

Y es una institución de Antiguo Régimen. Con todo lo que significa: venalidad en el cargo (de origen: los representantes de los concejos ya eran “permanentes” en ellos, por lo que representan intereses de la nobleza rural más que “del conjunto del concejo”), estamentalidad, defensa de privilegios (esos que se llaman “libertades”), etc.

Pero sí acometen una modificación “coyuntural” revolucionaria: ante el vacío de poder (mejor: negación del existente por colaboracionista con el francés) asumen una “soberanía” en nombre del monarca a quien ni se la quitan, ni se la disputan. La toman prestada en tanto esté “preso”.

Esa es toda la soberanía adquirida el 25 de mayo de 1808. No da para mucho porque el levantamiento no se hace al grito de Asturias por Asturias (o el más de taberna “Puxa Asturias”). No. Como en todos los sitios y en la lengua que se quiera, se dio un por España y (desgraciadamente, también) por el rey (Fernando VII, un ejemplar de cuidado).

Y ahí acaba toda la pluralidad que se quiera: regionalismos de origen y matriz antiguo regimental que se modifica… creando la “nación” española. Porque nación política es la que nace ahora a partir de una “monarquía” (el cuerpo místico de la soberanía es el soberano, padre de todos sus súbditos o vasallos). La Monarquía [soberana], muta en Nación [soberana]. Y no se encuentra documentado (ni se encontrará porque no lo hay) nada que se refiera a soberanías de nacioncillas. Ni en Cataluña, donde habrá que esperar a la década de los 30 de ese siglo para que algún alucinado empiece a soñar con un cuerpo místico de Cataluña.

Es lo que hay. Pero no he respondido a la pregunta inicial. Mañana.

Contra la tradición.

No es la primera vez que lo digo. Pero sigo en ello. La tradición, en singular (debería ir, pues, en mayúscula) es un perjuicio para los individuos y, por ende, para la sociedad. Siquiera sea porque hay quien maneja esa tradición, desde su definición hasta su ejecución, pasando por su enseñanza. Y lo hace por sus exclusivos intereses.

Se empeñan en decir que tenemos que tener memoria. Colectiva e individual, se entiende: aquella en la mente de cada individuo. Otro peligro, porque también la administra quien la administra. Y es por ello casi siempre una memoria “vicaria” y nada personal: se debe tener para ser uno más.

Tradición y memoria configurarían, pues, la identidad del individuo en esa comunidad. Y en la agregación, la del colectivo. Las liturgias diversas (conmemoraciones, monumentos, manifestaciones, símbolos…) vendrían a cerrar el proceso y el procedimiento.

Pues bien. Reniego de la tradición porque reniego y maldigo las “raíces"que atan al individuo so capa de darle una identidad y un sentido. ¿Cómo puede ser libre un individuo “atado” a un pasado en el que no ha participado ni siquiera en la elaboración de su memoria? ¿Cómo puede prosperar –el término mejor, para un ilustrado es “progresar”, pero no está de moda- un colectivo atado a la “tradición”?

Se ha celebrado en Cantabria recientemente un congreso de “mujeres gitanas” y he oído las declaraciones de una que se reclamaba “gitana” y “moderna”, queriendo romper con una parte (el machismo “tradicional” de esa cultura) y manteniendo otras. Bien, ya quisiera saber yo cómo se puede hacer eso… y si lo que quedaría luego sería “gitano” o “fusión”.

Podría extenderme más, pero creo que basta este botón como muestra. Siempre ha sido un avance (aunque no sepa hacia dónde, claro…) necesario romper, siquiera un algo, con la tradición. Y normalmente ha sido, además positivo para los individuos. Podríamos hablar del ritmo de ruptura, de las fallas de esa ruptura, de los intentos de recuperar para “reorientar” el viaje hacia delante…pero la necesidad de romper no se debe discutir.

Y, para finalizar ¿qué coño voy a querer yo ser celta, tocar la gaita y andar de madreñas y con montera picona? Me han tomado por gilipollas los de Andecha Astur y Valledor y toda su tropa.

Doblemente víctimas

Así habrán de sentirse en un futuro no muy lejano quienes ahora son víctimas del terrorismo, nada más pero tampoco nada menos. La irracionalidad ciega de unos desalmados que persiguen un sueño cargados de la razón de las balas, les hizo víctimas una vez. Ahora van a por la segunda vuelta… y volverán a perder.

Unos oportunistas políticos (si alguien retira esa etiqueta a Zaplana es un mendaz, pues no he oído una disculpa del tal sujeto a aquella metedura de pata de principios de los 90 cuando declaraba estar en política para ganar dinero) que harán cualquier cosa para volver al poder (¡y esos están cargados de moral para reivindicar su razón!... asco…) aparecen como garantes de una vindicación de las víctimas ante cualquier olvido. Sinvergüenzas que se mezclan con sinceros reclamantes de un “nunca más” y que también pagarán por ello en su momento, que nadie lo dude. Esos oportunistas, hacen nuevamente víctimas a los que desgració ETA. Son, para los oportunistas, un medio nada más. ¿Cómo demostrarlo? Hemeroteca. Sí, hemeroteca. Hubo hace 7 años poco más o menos, un individuo de bigote que había salido de provincias… que no dudó en negociar con el MLNV: sí, con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco. Autorizó una negociación, no un mero diálogo y también lo hizo público adelantándose a los resultados (la misma tontería que ha cometido el actual presidente del gobierno). ¿Es que entonces no había víctimas?... Por cierto, el partido de la oposición, los partidos de la oposición, apoyaron aquella negociación en medio de una “tregua trampa” que, a lo visto, sólo reconocía Mayor Oreja, también en ese gobierno y en ese momento.

Claro que se puede cambiar de perspectiva con la evolución de la situación. Pero no tengo demasiados datos para creerlo así.

También serán víctimas de esa tontería de “sin vencedores ni vencidos”. Sea lo que salga, habrá que ceder. No sé cuánto, pero habrá que ceder. Es probable que en “lo político” no sea mucho: no habrá autodeterminación tal, pero habrá mayor “ámbito de negociación vasco”. Y habrá excarcelaciones… lo que no es un precio político más que para el gobierno que lo tenga que ejecutar. Y en esas excarcelaciones serán nuevamente víctimas porque su exigencia de “penas íntegras” jaleada por unos irresponsables que, cuando tuvieron el poder, aceptaron redenciones y excarcelaciones sin tanto escrúpulo como ahora, les convencerá de que están cediendo más de lo debido.

Mala solución tiene el asunto.

Pero los irresponsables se declararán no responsables de tamaña estupidez.

Como quiera que sea, serán doblemente víctimas si no se deciden a salir ya del rincón adonde los conducen esos estúpidos.

De la irresponsabilidad

Siempre oí que hacerse mayor es responsabilizarse de los propios actos; es decir, ganar en responsabilidad es “madurar”. La responsabilidad vendría a ser el coste moral de la actuación personal. Puede ser desde la asunción de “culpabilidad” y petición de perdón, hasta la responsabilidad penal ante la sociedad.
Cuando el daño provocado por la actuación personal es grande, está claro que la responsabilidad es mayor. Hace tiempo que hablé de una categoría de prójimos dañinos que llamé hijoputa social y su adlátere el imbécil social, personajes que muy a menudo rehuyen esa responsbilidad y acaban siendo, para más regodeo ante las víctimas, héroes de la facción “ganadora”.
Viene esto a cuento por tanto aprendiz de brujo que arribó a la política en este país llamado –aún- España. Tanto hijoputa social que habla en nombre de pueblos, naciones y demás fantasmas así como de “acomodos” y “capacidades decisorias” frente a cualquier norma establecida previamente y que, es el origen de la Democracia. Ésta es, como se sabe, decisión y norma para decidir. Ambas cosas indisolublemente unidas.
Recuerdo un hecho de mi adolescencia tardía, en la Universidad, cuando nos íbamos a comer (y, de paso, cambiar) el mundo. Ya pasaba de los 20 y, sin embargo, estuve en el grupo de cabeza de una “revuelta” con plante ante un examen... que costó suspensos (la revancha de la profesora) y la pérdida de la beca para un buen número de compañeros. Yo mantuve la beca porque aprobé en setiembre, pero otros no tuvieron tanta suerte y yo les había arrastrado a ello. Fui un irresponsable y ni siquiera pedí perdón entonces. Lo hago ahora. Hace muy poco que rememoré esto con ex compañeros que lo habían vivido también.
También leí muy recientemente una alusión a Vázquez Montalbán cuando decía que su generación (nació en 1939; murió en 2003) había cumplido 40 años al cumplir 20... y que tardó otros 20 años en cumplir los 41. Una estupenda forma de decir que mantuvieron largo tiempo el ardor juvenil de la rebeldía... pero también la ligereza de la adolescencia que juega a la revolución a veces sin medir las consecuencias.
Y esa cita aparecía en el contexto de estos aprendices de brujo del Estatut. ¿Cuál será su responsabilidad ante los perjudicados? ¿Sólo política, perdiendo unas elecciones? En este caso las ganará el más listo de los tontos: Artur Mas, que jugó a dos barajas. Y digo que habrá perjudicados sea el resultado que sea porque esta iniciativa política responde al interés de menos del 10% de la población catalana, y exclusivamente de una franja social que es la que menos puede perder. Si esa franja no ve cumplidas las expectativas que despertó el hijoputa social de origen maño y los otros imbéciles sociales, si no alivian el calentón sufrido, habrá jaleo. Y si ven cumplidas esas expectativas, habrá muchos más que sufrirán las consecuencias de una catalanización desde arriba con una herramienta que les deja más impunes, l’Estatut. Merda per a l’Estatut i per qui l’a fet.

Lo imprescriptible y lo caducable

Sí. Pasma notar que en todo un documento constitucional )aunque sea para un paisito como Cataluña, no deja de ser una constitución), se resalte tanto lo impresciptible: los derechos históricos, existentes desde siempre e interrumpido su ejercicio violentamente en 1714... por España, y las declaraciones de todos los atrevidos constituyentes apelando a que la Constitución de 1978 ha caducado en algunos aspectos: que si había sido bajo presión de los poderes fácticos, que si hemos cambiado tanto que hay que adaptarse, que es un documento perfeccionable, que hay que aclarar aquello de nacionalidad, que es para los “próximos 25 años”, que... –dice Carod Rovira (sin el guión, que se lo puso por chulo pero es un capricho y por tanto no tiene entidad legal)- es un paso más hacia la independencia... por lo que tampoco de esta es la definitiva: no es una acomodación, es un trágala que, como tiene la marea mediático-sentimental que tiene detrás, a ver quien es el guapo que ahora se planta y dice, “os han tomado el pelo: no son gobernantes, son aprovechados”.
O sea, hay una constitución y un sujeto (la nación catalana) eternos, con vida que hay que mantener –naturales, por tanto-; y hay otra cosa el Estado español, recién parido, del otro día, encontrado en la calle, sin vida (es algo artificial) y que prorrogaremos en tanto nos merezca la pena y podamos servirnos de él.
Vale. Pero se me escapa la diferencia en la construcción de una y otra “nación política”, salvo que la primera como es cultural, étnica y fracasada como Estado deba recibir ahora una “acción positiva” en aras de la igualdad de las naciones, pueblos, países, culturas y toda la ostia (sin “h” para que no se me enfade la Iglesia: me refiero, claro está, al puerto de roma...). Y, el otro, como es un imperio, un malvado colonizador y explotador, recién aparecido como nación cultural, sin reconocimiento “popular” como nación y, también Estado fracasado (porque no ha podido subyugar la vitalidad del pueblo-nación que es Cataluña, junto con las otras naciones que son Galicia y Euskadi –el resto, ya se sabe, son ahora nacionalidades a secas, regiones o territorios sin calificar... lo que sí gusta a las inmobiliarias, claro) pues no sólo merece acción positiva, sino que debe aplicársele la eutanasia procesal que se merece.
Ya lo ven: lo imprescriptible es esa sicología colectiva materializada en “querer ser nación” y además, serlo; lo caduco es esa sicología colectiva materializada en querer ser ciudadano a secas... y que te jodan para que no lo puedas ser.
¿Saben? Merda per a l’Estatut, i mes merda per qui a fet l’Estatut

España plural y aprovechados

La ambigüedad es un recurso habitual para mantener la situación presente cuando beneficia a quien practica tan falso arte. Pero no es una técnica adecuada para implementar cambios… que no sean, también, favorables al usuario de la práctica.
Así pues, la indefinición es buena para una parte en el proceso de diálogo, negociación, discusión o relación iniciada entre dos o más partes.
Superar eso requiere, desde luego, el acuerdo previo en el lenguaje. Por eso la ciencia se construye con conceptos certeros y con un significado ampliamente compartido. ¿Podrían discutir dos investigadores sobre el resultado de su trabajo si no tuviesen en mente el mismo significado de los términos utilizados? No.
¿Qué quiere decir “España plural“”? ¿Españas? ¿diversidad interna? ¿complejidad de sus componentes? … o, más bien algo borroso e indefinible o un recipiente al que se echa lo sobrante: “el resto”. Como cuando se dice et cetera (el etc de toda la vida, pero en latín, que es más rotundo).
Efectivamente, es un “singular plural”, en cuanto que es un término que recoge un colectivo de personas con alguna característica común y diferenciada de otros colectivos que tendrán otras denominaciones. Esto no es más que mera teoría de conjuntos (la que se nos enseñaba como nueva matemática allá en los 70). Pero creo que también está en el origen de eso que llaman nacionalismo moderno: las naciones lo son por oposición a otras naciones… en un juego de tablero regional o global.
Entonces, ¿España es un colectivo de personas o de territorios? De personas, pero nos quieren hacer creer que es también de territorios. Y son éstos (como “recipientes” más pequeños conteniendo gentes también diferenciadas según alguna característica singular y diferente del resto: el traje de porruano, la butifarra, la chapela, o el coñosumadre) los que compondrían, entonces España. Pero esos recipientes pequeños ¿no contienen a su vez otros más pequeños, hasta llegar al recipiente mínimo que sería –creo yo- la familia, o sea la minitribu? Un regressum ad absurdo como el absurdo provocado por ese planteamiento incorrecto del problema.
Las personas y no los territorios son el objeto de la política. Las personas en su territorio, esto es inevitable. Pero son las personas los objetos políticos porque ellas hacen la política. El territorio es una circunstancia tan peregrina que depende de factores que la mayoría de las veces no son elegidos libremente por esas personas: se nos pare en un lugar; podemos criarnos en otro (muy importante para esos melancólicos que dicen eso de “mi patria está en mi niñez”, por ejemplo Paniceiros… por el verano); trabajar en otro… y hasta jubilarnos y vivir en otro más cálido. Y la elección libre puede ser tan simpática que uno puede ser (con el permiso de Javier Marías) del reino de Redonda y declararse, además, republicano y seguidor del Duque of Corso.
El territorio cambia, el individuo como ciudadano no. Entonces ¿qué gilipollez es esa de España plural para señalar que Cataluña o Euskadi, o Galiza, o Andalusía… son naciones y componentes de una “nación plural”? ¿No es jugar un juego de palabras que sólo busca “el huevo y no el fuero”? Es decir, el privilegio territorial (derechos históricos lo llaman los imbéciles y los hijoputas sociales) para las personas de ese nuevo singular. Ahí me explico yo esa negativa al cafè per tots
Merda per a l’Estatut i per tots les estatuts des naçions i naçioncetes.

Asco del conflicto vasco

Acabo de enterarme de la nueva “hazaña” de los hijoputETAs. Se me ocurre indagar en la culpabilidad de los que asienten, aunque no participen en el asunto. Es eso tan antiguo de tanto mata el que hiere como el que sostiene la pata.
La culpabilidad moral nadie se la puede negar. Si nos quedamos con una definición mínima de terrorismo ésta sería algo así como cualquier ataque dirigido a civiles con el ánimo de causarles daños, siquiera sean de estragos. Y no condenar el terrorismo ya pone a uno en el plano de lo amoral. Sea el que sea el sacrosanto principio alegado. Hay que ser muy hijoputa para poner un “pero” a la acción destructiva que recae sobre civiles; sea el pero “explicativo” y no “justificativo”.
Cuando se alega, en una democracia, que los votantes son también responsables de la acción de sus políticos y, por tanto, objetivo terrorista, se está situando uno en la raya del hijoputismo social que ya he tratado en esta bitácora. Incluso cuando esos votantes lo son reiteradamente en la dirección política que se quiere castigar. Porque ¿quién sabe lo que vota, por qué lo vota, qué piensa de su voto, la víctima? Es que ni siquiera el que es “candidato” (y lo digo con conocimiento de causa) se le puede atribuir el voto en el sentido “atacado”.
Pero vuelvo a la responsabilidad moral del que calla (pues otorga) en la denuncia del terrorismo. Del que no está del lado de las víctimas y sí del lado del verdugo siquiera sea temporalmente y en razón de alguna afinidad de objetivo político último. No se puede ser estalinista después de saber del Gulag. Y hasta ser de izquierdas, entonces, supone ser otra cosa. Esa responsabilidad moral debe ser, cuando menos, penada con el asco y el repudio por parte de quienes están del lado de las víctimas. Así, pues, asco del conflicto vasco que es la razón última alegada por esos fantasmas y sus colegas de objetivos. Es más, siento asco del pueblo vasco, en cuanto que es la construcción irreal, fantástica, mitinera que auspicia esa lucha.
Ya lo he señalado también en esta bitácora: no hay “pueblos”, hay sociedades. En aquellos, la definición supone una identidad natural y sustancial que religa (religiosamente) a los supuestos componentes; en éstas la identidad viene dada por la diversidad que no anula al individuo y lo pone “en red” con otros. En aquellos el campo de acción del individuo se limita a “hacer patria”; en éstas, la acción del individuo es puramente procurar su felicidad limitado por la de los otros. ¿A alguien se le pide hacer “sociedad”? No. Se le pide ser “social” o “sociable”.
Que los camaleones lingüísticos del aberchalismo de hoy cambien ya el término pueblo (salvo en los mítines) por el de “sociedad vasca” (cuando en puridad sólo cabe hablar de “vecindad” vasca) no siginifica que estén cargados de razón. Desvirtuarán ese término también.
Así que asco del pueblo vasco. Y de todos los pueblos, invento para sostener identidades asesinas.

Política social; Fet diferencial

He oído (y rebatido) de boca de izquierdales (entiéndase: supuestas gentes de izquierdas pero, sobre todo, nacionalistas) que el “tripartito catalán” y el “Bloque [nacionalista galego]” hacen políticas de izquierdas y que, como no está bien discutir eso, pues se les endilga un sambenito y crítica dura por su nacionalismo.
Ciertamente yo sí critico ese nacionalismo pero precisamente por la incoherencia e imposibilidad de casarlo con el “ser de izquierda”. Al menos de la izquierda reivindicada socialista cuyo origen está en el XIX. Tampoco de la liberal (que sería jacobina y radical –no jacobina y “doctrinaria”; la “federal” ya acepta la diferencia entre individuos, siquiera en el disfrute universal y la garantía de derechos “universales”). Acaso el problema para la izquierda socialista sea el cacao mental del leninismo estalinista que encontró en el patriotismo nacionalista una fuerza mayor que la obrera para hacer la revolución... que era la urgencia del momento. Y para la liberal, que su momento pasó y se “desacompasó” de la evolución social: al retomarlo, se abocó a la moda “territorializante”.
En fin. Viene esto a cuento por la decisión del tripartito catalán de desarrollar la Ley de conciliación familiar y laboral al conceder un mes al padre después de las 16 semanas de rigor. Nada que objetar salvo... que la limita a funcionarios y empleados públicos o semipúblicos (es decir, aquellos de empresas participadas por la Generalitat en más de un 51%). Alguien me dirá, “¡estupendo!, por algo se empieza”. Pero yo, que soy funcionario (español) siento esa discriminación tanto o más que la del sueldo (que también...) porque podría aceptar la relación salario/IPC... pero la paternidad es en todos los sitios igual. ¿Por qué el padre catalán tiene ese “privilegio” (Privilegio: derecho exclusivo de alguien)? Es más, ¿por qué el padre catalán y funcionario... y no el padre catalán y camionero?.
Señores del trípode, ir por delante, no es siempre ir en vanguardia (políticamente hablando), también puede ser exponerse a que te den por atrás. ¿Con qué cara puede uno usar de ese privilegio sintiéndose “de izquierdas”? Con vergüenza...

Hoy no escribo yo, lo hace Francesc de Carreras

Turistas en Tierra Santa

LOS DISPARATES SON muchos, demasiados, tantos que es inevitable hacerse la pregunta: ¿tenemos realmente gobierno en Catalunya?

FRANCESC DE CARRERAS - 26/05/2005 LA VANGUARDIA

En el reciente viaje a Palestina, Israel y Jordania, el presidente Maragall ha hecho declaraciones sorprendentes: "Más allá de pequeñas anécdotas", el viaje ha sido "un éxito excepcional", "un gran paso adelante de Catalunya en el papel de excelencia que aspira a desempeñar en el ámbito euromediterráneo". Y, posteriormente, añade que sólo lo critican quienes quieren impedir la España plural. Todos sabemos, sin embargo, que ese viaje con aires turísticos ha resultado un puro desastre y la nota obtenida no es la excelencia que se pretende, sino un rotundo suspenso.

Ahora bien, quizás lo más conocido de éste es sólo la guinda de un pastel mucho más complicado. En efecto, la falta de educación y de compostura, las bromitas infantiles con la corona de espinas y los líos con las banderas para consumo de política interna esconden las circunstancias y los motivos del viaje, que, quizás, son de dudosa justificación.

Formulemos algunas preguntas: ¿sólo se había ido a mantener contactos en vista de la Conferencia Euromediterránea que celebrar en Barcelona el próximoo toño?, ¿para ello se necesita el desplazamiento del president y su séquito con toda la parafernalia y el gasto que ello supone?, ¿se seguirán visitando otros países mediterráneos que también deben asistir a la conferencia?, ¿por qué acompañaba Carod a Maragall cuando es, desde el punto de vista institucional, un simple diputado?, ¿aparte de los breves contactos con las autoridades de la zona ha habido otros resultados positivos?, ¿acaso sólo el acuerdo de celebrar un partido entre el Barça y un equipo palestino-israelí?

Porque, vamos a ver, ¿en qué competencias se ampara la Generalitat para efectuar un viaje de esta naturaleza? Quizás las hay, no lo sé, pero me gustaría conocerlas. Es sabido que no toda política que tenga una proyección exterior está dentro del ámbito de las relaciones internacionales, materia sobre la cual únicamente es competente el Estado. Algunas competencias de las comunidades autónomas -turismo y promoción económica, por ejemplo- exigen por su propia naturaleza contactos internacionales y, por tanto, las visitas a otros países pueden ser necesarias para cumplir con sus propias funciones. Ahora bien, ¿había justifición en este caso?

Debería todo ello aclararse. A veces uno sospecha que quizás la tan alegada escasez financiera de la Generalitat es debida en buena parte a que, en su afán nacionalista de comportarse como si Catalunya fuera un Estado, nuestros gobernantes gastan fondos públicos en cosas que no son de su competencia, aunque quizás a ellos les den mucha satisfacción: conocen y tratan con jefes de Estado y personajes importantes del mundo internacional. Ahora bien, ¿se corresponden estos contactos con las necesidades de los ciudadanos, en definitiva, de quienes pagan estos onerosos desplazamientos?

En todo caso, este viaje ha conseguido auténticos récords dignos de figurar en el libro Guinness.Como decía con mucha gracia Jordi Barbeta en esta páginas, ha tenido la rara virtud de suscitar la reacción en contra de las tres grandes religiones monoteístas, tanto a nivel internacional como nacional: la Custodia de Tierra Santa en nombre de la comunidad cristiana de Jerusalén, la Conferencia Episcopal Española, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas, la Comunidad Judía en España y la Comisión Islámica española. Además, hay que destacar, por su excepcional altura moral y por su defensa de los valores democráticos, el artículo de Josep M. Soler, abad de Montserrat: les recomiendo su lectura.

Pero el viaje a Oriente Medio de Maragall y Carod se ha visto envuelto en otros acontecimientos, menores y cotidianos, que permiten tomar la medida de la nula calidad del Gobierno tripartito catalán. Dos de ellos tienen relación con el viaje. Primero, debía haberse cuidado el resbalón del Ayuntamiento de Barcelona al editar un libro comparando el impresentable muro que Israel está construyendo con la Shoa judía: es, como mínimo, una cuestión de proporciones. Segundo, mientras Carod acompañaba a Maragall, su partido pedía al Gobierno en el Congreso que congelara la cooperación técnica y científica con Israel, instándole, además, a que solicitara a la Unión Europea que tomara medidas semejantes. Impresentable.

Al margen ya del viaje, las contradicciones dentro del Govern, y aun dentro de los mismos partidos que lo componen, siguen siendo la tónica dominante. Anotemos algunas de esta misma semana: los alcaldes de ERC e IC han protestado por la línea eléctrica que debe atravesar los Pirineos hacia Francia, frente al criterio de la mayoría del gobierno catalán: el conseller Huguet ha declarado que la propuesta de financiación es un pacto de mínimos, cuando el president Maragall había dejado claro que era una posición de máximos; el conseller primer Josep Bargalló ha desmentido las palabras de Josep M. Vallès, conseller de Justícia, sobre la construcción de una cárcel en Estaràs; Maragall declaró el domingo que "España está afrontando una segunda transición" y Montilla afirmó el lunes que no estamos en una segunda transición y que "no le gusta este término, ya que pertenece a un personaje y a un partido que no es el nuestro". En broma, ¿se refería Montilla a Aznar o a Maragall?

En fin, los disparates son muchos, demasiados, tantos que es inevitable hacerse la pregunta: ¿tenemos realmente gobierno en Catalunya?, ¿alguien coordina?, ¿alguien decide? A estas alturas, casi me conformaría con tener a alguien que, simplemente, evitara que tan a menudo se hiciera el ridículo.


FRANCESC DE CARRERAS, catedrático de Derecho Constitucional de la UAB

Maragall es Estado; Carod también.

Efectivamente. Hay un error demasiado común y, posiblemente, buscado intencionadamente, por el que se contrapone Estado a nación aunque sea nacioncilla, “simulacro” de nación, o cosas por el estilo.
Es intencionado cuando desde presuntos representantes de ciudadanos de “X” cuando deben decir vecinos (sólo el Estado da nacionalidad y por tanto “ciudadanía”) se actúa como si se tratase de una confederación y aquí se plantea todo como dos negociadores: yo y el resto. Como mucho, una alianza entre otros que lo ven como yo: Galeuzca ayer o Pacto de Barcelona en versión 98.
Pero velis nolis Euskadi, por ejemplo sólo tiene (y tuvo) entidad política como parte de ese Estado que es España que, por otra parte se autodefine como nación en el mismo texto que da entidad política a Euskadi. Un poco más complicado es el caso de Catalunya y de Galicia. Pero si se tiene en cuenta que el pacto político que crea España es la Constitución de Cádiz (y no tanto la Monarquía, aunque ésta sea “la raíz” y es la que va ser “suplantada” por la “nación”), no había ni Generalitat ni Xunta, aunque una y otra se crean “momentáneamente” dentro de la nación española.
Pero tampoco es necesario ir tan allá. En el hoy, una y otras son realidades políticas en el Estado. Es más: son Estado. E Ibarreche, Fraga o Maragall, son parte del Estado (art. 152.1 CE). Y quién forma parte de su gobierno, lo mismo. Así pues, ¿a qué el desplante y chulería de payaso del Carod-Rovira en Israel porque no está mi bandera. Hay que ser imbécil (social, o sea de ese 5% de la población, catalana y universal) para marcar el protocolo internacional (y aquí nación equivale a Estado, no a nación cultural) un tontolculo así. Además, se ve que el hombre necesita viajar: un poco paleto sí que debe ser, pues basta ver las fotos que se hace como un turista bobo. Por cierto ¿se fue a negociar que el Barça jugase con un combinado “internacional” israelo-palestino? ¿Las simpatías proisraelíes de Carod por la “normalización” del hebreo allí, le hacen obviar el sufrimiento del “pueblo” y “nación sin estado” de los palestinos?
La contradicción es parte de la izquierda. De la izquierda sensata es superarlas, no mantenerse en ellas. Y de la izquierda nacionalista (¿existe tal sinsentido?) es hacer el tonto por los símbolos. Aunque en otros casos sean “cruces de la victoria” y “monárquicas” se dice que se es de “izquierda” y queda... muy antisistema. Parece que ser antisistema no es ser de izquierdas así porque sí.

Lo que debemos a los muertos

El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Se dice. Rara vez se siente si el muerto es un familiar querido. Normalmente, el consuelo viene por creer ciegamente que el difunto querido está en algún lugar esperándonos, viéndonos o, en cualquier caso, en una situación de felicidad.
Otros, los que somos ateos, tenemos el consuelo de que la vida después de la vida está sólo en el recuerdo de los que sí, de verdad, viven. Y si no hay ese recuerdo, la muerte es total. Así de sencillo.
Luego, podemos recordar al difunto por muchas razones. Buenas y malas. El difunto pudo dejarnos bienes materiales o “espirituales” que le agradecemos recordándolo. Pudo dejarnos resquemor y entonces le recordamos mal. Pero ahí se acaba todo.
Mas todo cambia cuando el difunto es una víctima. La civilización logró suplir la obligación familiar de vengar a la víctima al imponer la Justicia como medio de pago, reparación y satisfacción del daño causado a la víctima o a sus deudos.
De esa forma, la sociedad (civilizada) asume la reparación del daño o, al menos, el arbitraje para esa reparación. Y la coerción para que se repare.
Hoy, día 13 de mayo de 2005, esta reflexión me ha llegado provocada por tres noticias tomadas de la actualidad: la posible “negociación” con ETA del gobierno actual; la “sentencia” a los –como mínimo- causantes del suicidio de Jokin; y el conocimiento de que sólo un 0,1% de los españoles cobra las indemnizaciones a que tiene derecho como víctima de un delito violento.
La sociedad, a través del instrumento ¿civilizado? que es el Estado tiene la obligación (asumida en el origen de la sociedad civilizada de reparar el daño: perseguir al verdugo, juzgarle, condenarle y vigilar que cumpla su pena. Si no se hace así, el pacto civilitario queda roto. No hace falta ser hobbesiano para afirmar esto: la seguridad física es una (una importante, pero una) de las razones de la sociabilidad y que, además, está en la naturaleza (genes) del individuo; como mamífero, como primate, como humano.
La impunidad sólo prospera en una sociedad rota, en un medio “salvaje”. No basta reconocer el daño y el dolor de la víctima: el verdugo ha de pagar por ello. No es el Estado el que debe pagar porque no es la sociedad la responsable, sólo el árbitro. Una sociedad que tolera la impunidad es una sociedad de irresponsables.
Y acercar los presos a las cárceles vascas por las familias de los presos (es el argumento) no está compensado con que la tumba de las víctimas está cerca de sus deudos. No. NO y MIL VECES NO. No se puede hacer a las víctimas y a sus herederos culpables de algo para equiparar a víctimas y verdugos en el castigo. No.
Los verdugos están demasiado arropados. Bien por instituciones legítimas, pero amorales, que subvencionan, que protegen, que hasta alaban la “lucha” de los libertadores asesinos; bien por organizaciones ilegales, paralegales o hasta legales. Las víctimas lo están por un metro de tierra. No. No es lo mismo.
Y ¿qué decir de los “colaboradores ncesarios” en el suicidio de Jokin? Menores. Ya. La declaración de derechos del menor, del 89, ¡sólo da derechos, ningún deber!. Puede que como frase quede bien: el fracaso del menor es el fracaso de la sociedad. Ya está bien de darnos golpes de pecho: fracasaremos, pero hay mucho pequeño hijoputa que es consciente de ello y se aprovecha. NO. YA ESTÁ BIEN. 18 meses de libertad vigilada más dos fines de semana “aguantando” una charlita no es suficiente para borrar las tropelías que hicieron. Y, los profes ¿se van a quedar de rositas?. Ya, ya se´-por experiencia- que poco se podía hacer... porque los niños, tienen derechos pero ya ninguna obligación.